LA CANCIÓN DE LA DUERMEVELA.
"Si te poseyera
haría todo lo posible
por hacerte huir,
y si huyeras
me sentiría fracasado
por haber logrado de ti
exactamente lo que quería.
Ahora que no te poseo
y sueño con poder hacerlo,
deseo que me desprecies
sólo
cuando yo te pida que te quedes
y así, quizá un día,
tú hagas precisamente lo que quiero
antes siquiera de haberlo deseado." - S.S.
El pelo
de la Janis Joplin.
Juró
igual que Escarlata O´hara.
Eterna
Blanche Dubois dependiendo de la amabilidad de los extraños.
Malena
sin ligas. Malena sin mechero. y siempre Malena.
Una
canción de Dorian con Resaca.
Inventa
Paraísos artificiales con los que alimentar al resto.
La
chupa de cuero que le robó a James Dean.
Bailó
por las noches en esquinas su propio último tango en París.
Marlon
Brando le enseño la ley del silencio, y nunca dejó de usarla cuando te miraba.
Cada
noche se maquilla Back to Black, para que los secretos desaparezcan de sus ojos
de gata.
Es el
“where did you sleep last night” de Nirvana al amanecer.
Una
vez, me dijo que la buscase al “Este del Edén” si desaparecía.
Ha
perdido seis de las siete vidas que le quedaban por culpa de aguantar sobre
tanto tejado de Zinc caliente, pobre Maggie.
“Walk on the wild side” porque nunca pasa
nada, y se lo cree.
Hendrix
en un solo de guitarra si camina por mi lado.
Justifica
vivir de madrugada “Because the night belongs to lovers”.
Tiene versos
atragantados de Bukowski y grita fuerte.
La
jaula de Pizarnik pero el pájaro la abandono.
Su
Costilla derecha pintada: “hagas lo que hagas, amalo” porque sí y porque
“Cinema Paradiso”.
Tiene
poco apego a la vida, ya lo sé, pero a veces me mira inocente y promete que es
Buena chica.
Cortázar
no sabe de ella, pero le gustan más las mañanas de sol y “Rayuela”.
June
salvando a Johnny Cash si le preguntas ¿Qué es el amor?
Pero
nadie le ha escrito un tema.
“Los placeres violentos terminan en la
violencia y tienen en su triunfo la propia muerte, del mismo modo que se
consumen el fuego y la pólvora en un beso voraz” es el acto dos de Romeo y
Julieta – así recomienda un libro.
Lloraba
en el cine cuando Bowie canto “Ragazza sola, Ragazzo solo”, resguardada en la
butaca, diminuta, escondiendo cualquier rastro de fragilidad; porque ella es
así, una chica mala, de las duras de pelar y toda esa mierda, ya sabéis.
No la
conozco aún, ella a mi tampoco.
Pero sé
que volveremos a cruzarnos, y voy a cuidarla.
Aun a
sabiendas, de que los desastres naturales, guardan un te quiero en los labios y
un hasta pronto en las manos.
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