PARA HUIR DE LA MUERTE. NOS AMAREMOS.
Nunca imaginé que alguna vez me sucedería lo que a esas personas que salen en las películas rodeados de cajas y empiezan el dificil proceso de abrir lo que alguien a quién quisieron dejó. Sus pertenencias. Esasa cositas que guardaba y que por mucho que le conocieses nunca preguntasté ni te contó. Nos acompañan millones de cosas a lo largo de la vida y también millones de personas pero nunca pasamos un día con alguien y le pedimos que nos lo enseñe todo. Sería precioso pero posiblemente imposible. Al menos en un día.
En las pelis pasa. Sucede esa escena después de una muerte a veces. A mi esas escenas siempre me estremecían y me hacían llorar. A mi la muerte siempre me ha estremecido. Ahora, todavía, es incierto. No sé lo que me produce. Dolor. eso seguro. Pero ya no sé si me estremece aunque sí, lo hace. Pero no sé si de la misma forma porque claro, ahora hace ya cuatro años que me golpeó dónde más dolía. Aún así creo que la muerte me sigue asustando muchísimo. Muchísimo. Yo creo que a quién no le asusta la muerte quizás no le tiene el respeto suficiente o quizás no la ha vivido extremadamente de cerca o si lo ha hecho (conozco gente además de mi caso) quizás es una forma de suavizar en verdad el dolor y el miedo que les da decir justamente que no se lo da. no lo sé.
Hoy, en parte por la obra que estoy montando - porque me lo prometí- y está resultando una catarsis bestial, una catarsis de unas dimensiones que no alcanzo a explicar. Está abriendo el inconsciente, tengo sueños que me revelan cosas de mi infancia, de lugares que creía olvidados, me están pasando muchas cosas y estoy descubriendo muchas cosas a través de levantarla. Quizás por eso y a pesar de que tarde muchos años - puede que todo pase por algo en verdad y esté sucediendo cuándo tenía que suceder, cuando yo estuviese verdaderamente capacitada para enfrentar las vivencias más fuertes de mi vida y revisar el pasado con los lugares más torridos que tuvo cuando tuviese que montarla-. Y en parte porque en algún momento tenía que enfrentarme a esas cajas; he tenido que subir al trastero.
He subido a por peluches que necesito para el atrezzo completo con el que ensayar en el teatro (primer pase completo por fin... que nervios. Que vértigo.) y al subir he aprovechado para bajarme esa cajita azul con mi nombre y todas esas cosas guardadas ahí dentro tuyas papá.
He llorado tanto. Al principio solo se me mojaban los ojitos pero después, ha ido a más y no podía frenar las lágrimas ni los mocos. Creo que cuando alguien llora con mocos, con muchos mocos, debe de ser el punto álgido del dolor. Yo suelo llorar mucho- soy llorona- pero suelo llorar sin mocos. No me gustan los mocos. Pero hoy, he llorado con todo mientras revisaba tus obras de teatros, los dossiers, aparecían cosas escritas de tu puño y letra y luego fotos. Tantas y tantas fotos. tantas. He pensado que algunas las conocía, otras las había visto alguna vez y no recordaba con tanta nitidiez y otras... otras no sabía de su existencia y me hubiese gustado poder preguntarte a ti por ellas. Por cuándo, dónde se hicieron y quiénes son los que aparecen en la foto contigo.
A veces siento que no te he conocido todo lo que podría. Igual porque no te pregunté. Igual porque era muy niña, igual porque mientras se está viviendo no se pregunta uno por cosas que tienen mucho que ver con la memoria, la trascendencia, la permanencia o la inmortalidad ¿no? Igual haberte pedido que revisasemos juntos albumes de fotos y me contases las historias detrás de ellas, mientras uno está enfrascado en vivir y compartir momentos del presente, del que era nuestro presente juntos como padre e hija era imposible que cosas como la muerte, como el no estar algún día, como la inexistencia de tu presencia se me pasasen por la cabeza.
Estoy convencida de que nada de eso te molesta. De que no fue necesario. Vivimos. Y lo hicimos juntos y eso era lo importante. Eso fue lo importante. Eso será siempre lo importante. Aún asi, es inevitable sentir mientras revisaba todas las cosas que había en esa cajita, que estaba invadiendo una parte privada de ti que de estar vivo no sé si habrías querido que conociese o tal vez te hubiese resultado violento y a la par, sabía que ahora que no estabas aquí, no te estaría importando y de hecho te gustaría. Sentía que te estaba conociendo más que cuando vivías - hasta cierto punto eh.- pero creo que me entenderías si me leyeses.
Y por eso también lloraba porque hoy, en la soledad de mi cuartito durante cinco horas aproximadamente me he sentido más cercana a ti de nuevo. He vuelto a sentirme muy cerquita tuyo desde hace cuatro años que te toqué por última vez. Y aunque siempre te llevo conmigo, supongo que porque aún en parte arrastro y proceso el duelo - todavía me queda mucho- pues uno sigue viviendo con el recuerdo por dentro pero no tan presente porque necesita anestesiarlo un poco precisamente para respirar. Sino tendría en la cabeza todos los días un recordatorio de que no existes y no creo que nadie que conviva con la muerte tan de cerca, nadie que haya experimentado una perdida tan brutal, pueda recordar todos los días algo como: papá esta muerto o mamá está muerta. No. Creo que es imposible. Simplemente se vive como si la noción de eso te estuviese inmantada en tus entrañas pero nada más. No reparas en ellas. Hay días que quizás ni lo pienses. Pero es solo para poder intentar seguir viviendo. Y luego, otro te acuerdas. Pero en el fondo siempre te acuerdas solo que hay una especie de ... puff.. que dificil es explicar esto. hay una especie de saber incrustado en ti y no necesitas estar recordandotelo o revisandotelo todos los días. Bueno, no sé si me explico pero yo me entiendo. Y por eso hoy, después de cuatro años, mientras te veía de bebé, con los abuelos, con tu hermano, con tus novias, con tu estilo macarra de jóven, con tus motos, con tus chupas de poeta y la barba a medida que cumpliste años, con tus idas y venidas en el mundo poético... con mamá y conmigo. Pues he vuelto a sentirme muy cerca tuya. Casi te podía rozar.
¿puedo serte muy sincera? He llorado y he moqueado especialmente con las cartas que he encontrado de mamá. Las guardaste eh. O, guardaste muchas. Incluso una muy graciosa en la que mamá pone a caldo (de manera divertida) a muchas personas y te pide que destrozes esa carta después de leer "semejante alegato de caridad y buen hacer que desprende" -obviamente todo irónico- y tú no le hiciste ni caso y la guardaste y yo me he reído un monton con esa carta y he pensado que te comprendía perfectamente. Yo tampoco la hubiese roto. Hubiese sido incapaz. Bueno, me he reído mientras se me caian los mocos a raudales y la cara casí la tenía hinchada de llorar. He pensado ahí que por mucho que ame el cine y el teatro, por mucho que stanislavski o strasberg o muchos otros dijesen muchas cosas, siempre, siempre, siempre habrá una línea, aunque sea muy fina con la vida. Ni con la mejor de las preparaciones podría yo jamás representar una escena en la que riese y llorase literalmente a la vez con tanta verdad y con tanta fuerza como hoy mientras leía aquellas cartas.
Joe, también, quizás he llorado más con eso que con todo lo demás aunque no me lo esperase porque, puff... como no te ibas a enamorar hasta las trancas de mamá (y mamá de ti. Me consta como escribías tú aunque no he leído tus cartas) pero no sabía que mamá escribía tan bien y sobretodo de una forma tan romántica precisamente por la espontaneidad con que lo hace. Su forma sobria y sin embargo apasionada de citar versos mientras te cuenta un día en belfast y te dice que te echa de menos y luego cuela alguna frase en inglés chapucero bastante graciosa y termina siempre diciendote "Te amo." No imaginaba de verdad, la belleza con la que mamá te escribía. Y entonces, saco - por deducción y porque de nuevo me consta como escribías tú- que tus cartas debían ser también bestialmente hermosas y románticas y sonrío porque sucede entonces otra cosa más y es: Que sí que os amasteis. Mucho. Muchisimo. A reventar.
Y recuerdo un fragmento de la obra y ahora pienso que ese fragmento ahora ya sí lo puede decir Hanna K pero no lo diría yo porque ahora sé que vosotros sí que os quisisteis y ahora siento...no lo sé. Tal vez paz. Tal vez ilusión y tal vez nostalgia.
Hay una cita en las cartas de Mamá que me han gustado especialmente. Hombre, a ver, me ha gustado tanto todas las cartas, hasta los puntos y comas que las citaría enteras. la citaría a ella como autora que es mi madre pero definitivamente hay cosas, tan profundas y personales que uno no puede y, tampoco quiere compartir ni siquiera en este blog que es mi lugar más seguro.
Asique me limitaré a citar una de las cosas que ella te citó a ti papá,
-"Hola mi amor! ¿conoces una canción de las de mi época? Dice: Para huir de la muerte - nos amaremos. Sin horario y sin ley. Sencillamente. Para huir de la muerte.
Puede, papá, que otra de las cosas que me haya sucedido, es que aunque no hablo mucho de mamá en papel. Ni la homenajeo. No sé, quizás porque a veces me pregunto quién es. Quizás porque los choques más fuertes y aterradorez y descarnados de mi vida han sido con ella y sin embargo ahora, al leer estas cartas y entrar en un compartimento de vuestra historia y de quiénes fuisteis que sin esas cartas jamás habría imaginado; me doy cuenta, de que mamá y yo, somos una copia la una de la otra. Somos mujeres extremadamente parecidas. Más de lo que ya intuía. Estoy convencida de que tú siempre lo supiste.
Me gustaría haber tenido a alguien - aunque espero encontrarlo - con quién intercambiar cartas asi. Significará que habré o estaré amando con una magnitud y una sinceridad abismal. Lo más parecido a escribir a alguien como si fuesen cartas, desde esa magnitud y esa sinceridad fueron los billones de versos que le escribí a X.
Estuve muy enamorada de X. Qué pena que el de mi no. Qué pena que nunca llegasemos a ser (suena tonto e infantil pero la verdad es que sí lo pienso y pienso qué hubiese pasado incluso de haberlo hecho) novios. Ser novios de verdad. Con compromiso y etiqueta. Jo, me da por pensar que entonces no hubiese tenido que escribir en secreto y le podría haber escrito y él me habría contestado y siempre pienso que con él las cartas habrían sido verdaderamente hermosas. Por su parte también. De verdad.
Pero bueno... esto es solo porque me habeis dado mucha envidia y he llorado mucho y sobretodo ha sido muy sanador voler a estar juntos después de cuatro años. Al menos tanto. Hoy hemos estado muy cerquita y muy juntitos papá y; hoy, me he reconciliado con esa idea de que os teniais que haber amado como nadie y sin embargo ya dudaba y hasta alguna vez pensé que tu gran amor fue el segundo y hoy descubro, que aunque seguro lo fue, un gran amor y sé que tu segunda etapa de casado estaba resultando de las más felices de tu vida; hoy sé, que aunque los amores siempre son diferentes, Mamá y tú os amasteis desmedidamente y con la fuerza, esa fuerza arrolladora que solo se consigue con algunas personas en la vida y nunca, nunca es igual. Ni mejor ni peor, pero jamás igual.
Te quiero papá. Estoy atreviendome como tú me enseñaste y espero, que estes muy orgulloso y entiendas el porqué de esta obra y entiendas que sea dura pero creo que todo lo entiendes, creo que me perdonas como yo a ti y que ante todo nos amamos y nunca dejamos de hacerlo y quiero que sepas que el día del estreno cuando el telón caiga, la dedicatoria es para ti.
Como aquella vez te dije, todas mis victorias son contigo.
Te quiero. siempre. eternamente,
tu princesilla.
L.
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