AQUELLAS COSAS QUE SOLIAMOS HACER.

 

 


 

 

Me gustaría tener una máquina del tiempo para volver a momentos. Me doy cuenta con los años de que uno no quiere volver a lugares, uno quiere volver a momentos, a la sensación de determinados momentos. osea que al fin y al cabo uno quiere también volver a personas y a todas las cosas que hacía en aquellas épocas que ahora anhela. Aquello a lo que llamamos pasado. 

A medida que voy cumpliendo años se me agudizan las arrugitas de los ojos, de la frente y la nostalgia por todo lo que fue y ya no será. Ya fue. La juventud. Me da un poco de miedo recordar todo lo que ya viví con tanto amor que produce un pinchacito por dentro. Todas las cosas que hicimos no podrán volver a hacerse porque en el pasado se quedan también las personas, los lugares y las circunstancias. Porque la vida impone un cambio de escenario.

A veces las canciones me trasladan a momentos que sé con certeza que ya no podrán volverse a vivir porque no puedo volver a tener todas las edades que ya tuve. Ahora solo quedan las edades futuras, las étapas futuras. Ahora la infancia, la adolescencia, la juventud deja paso a la madurez. No hay regreso al pasado, solo queda el futuro. Contemplo fotografías en la que mi piel estaba más tersa que ahora, mi ropa era otra, mi pelo era otro, la chica de la foto era otra sin dejar de ser yo pero otra y echo profundamente de menos todas las emociones que soy capaz de recordar con absoluta nitidez pero ya no seré capaz de repetir. Es rara la nostalgia, como decía la película. Porque pienso que, claro, claro que seguiré sintiendo cosas que ya he sentido, pero no puedo recrear los lugares exactos, las personas exactas ni la edad exacta con la que se vivieron. Puedo volver a sentir cosas que he sentido pero ya no serán en el mismo decorado. El pasado siempre queda atrás. Inalcanzable salvo en la memoria. 

Tengo la sensación de que todo ha ido muy deprisa. Y mientras que soy feliz y experimento esto de la madurez, de dejar atrás étapas, también experimento el dolor de que tantas cosas serán ya solo recuerdos. Inalcanzables nunca más. No volveran los siete años, ni los diecisiete ni los veintiuno. Ni todos los amores y amigos que se fueron perdiendo en el camino ni volveré a ser una hija. Seré huerfana de padre. Soy huerfana de padre desde hace unos años y ese escenario igual que aquellos en los que había personas que ya no hay serán imposibles de cambiar. Con el tiempo se perdieron pantalones campana, aguante físico y personas. Con el tiempo y el camino se perdieron cosas y se ganaron otras y sí ya sé que esa es la ley de la vida, la que todos conocemos pero no deja de ser dolorosa. Al menos un poquito y algunos días un poquito más.

Tengo mucho miedo de mirar al pasado con tanto cariño que logre entristecerme. Miro al futuro con esperanza y vivo el presente con alegría - tengo muchos motivos para estar feliz - pero no por eso deja de ser el pasado un lugar al que muchas veces, aunque fuese a ratitos cortos me gustaría volver. 

joder. Me encantaría volver. 


L.

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