NADA SE OPONE A LA NOCHE
He dejado a un lado el teléfono y me he sentado en la terraza. Mirando el mar.
He pensado ¿qué carajo? porque es así ¿no? de pronto el mundo se ha convertido en un lugar sobre estimulado. tanto, tantísimo que a las once de la noche una de se da cuenta que está observando vidas ajenas a través de una pantalla teniendo el mar delante. A oscuras. con las estrellas en el cielo y las luces que se encienden por todo el horizonte y los alrededores.
De pequeña me gustaban mucho los viajes en coche cuando salíamos de noche. Viajé pocas veces de madrugada con mis padres aunque tengo uno o dos recuerdos algo difuminados de alguna de esas ocasiones y sí recuerdo con claridad que me resultaba de una belleza extrema contemplar las luces de todos los sitios que bordeaban la carretera. No reconocía ninguno, no me importaba. No me importaba la ubicación, era parte del encanto. Me gustaban las luces en la inmensidad de la oscuridad.
La oscuridad es siempre inmensa, pero también es bonito.
Hace tiempo que no escribo, con lo mucho que me gusta escribir. Leo. Últimamente leo más que escribo, no importa. Ambas son formas de conectarse con una. Siento que en este tiempo que nos toca vivir cada vez estamos menos conectados con nosotros.
"Hay una tipa a la que quiero conocer, soy yo", dice la protagonista de una serie que he terminado recientemente. Algo así pienso esta noche. Alguna vez, alguna vez, haré todo lo que quiero hacer, que no significa que no lo haya ido haciendo de a poquitos con los años, pero todavía queda, todavía faltan cosas para poder hacer todas esas cosas que quiero hacer. Algún día, me digo. Y respiro.
Tengo un texto en el cajón. A veces siento que tantas cosas se quedarán así, en el cajón. Como este blog. ¿alguien me lee? y es curioso porque me apena pero encuentro una cierta comodidad en la sensación de privacidad, en el anonimato o más bien, en el completo desconocimiento de la existencia de este blog para cualquiera allí fuera.
Otras veces pienso que quizás ese texto no se quede en el cajón. Como aquella obra de teatro. Que salió y fue como un grito desgarrador que sano y curó y me trajo tantas alegrías.
La vida toma derroteros extraños de los que a veces dudo. ¿de cuánto tenemos el control? ¿los caminos que tomamos son elegidos por nosotros por completo? No lo tengo claro porque me dirijo al pasado y tantas cosas que sucedieron son como ese efecto mariposa. Una cosa impulsó otra y se dieron historias grandiosas - no necesariamente bonitas o tristes, no quedan exentas la una de la otra, como en ninguna buena historia que se precie ¿no? - pero grandiosas en términos generales. Y fue, un efecto domino que sinceramente no estuvo planeado. Quizás una, o dos cosas sí, pero esas fueron desencadenantes del resto y cuando me remontó a ciertos lugares dudo del control y pienso mucho en la casualidad y en la causalidad.
Me relaja escribir. Hoy dormiré mejor. Me relaja el sonido de las olas.
Tengo que poner en orden tantas cuestiones. me río sola ante esta frase. cuestiones. Créeme que no tiene gracia ninguna pero a veces, precisamente por eso, te ríes. Como en el funeral, cuando el nivel de angustia e incomodidad alcanza un grado tan alto que sale en forma de risa. En el peor momento y sin ninguna intención de reír. Pero a veces todo pesa tanto que no descarga como lagrima.
No he venido a contar nada. Y podría. (Vuelvo a reír sola). Claro que podría. Podría enumerar esas cuestiones o explayarme en ellas. Pero hoy no quiero. Hoy solo quiero contar que veo el mar y las luces al rededor y es de noche y es bonito. Y tranquiliza. Igual que el sonido de las olas golpeando en las rocas. relaja.
¿Sabéis algo que me gustaría decir que he comprendido este verano? La reciprocidad.
pero os estaría mintiendo porque ya sabía de qué va la vaina. Ya sabía de qué iba ese concepto. No he tenido que averiguar nada este verano aunque este verano haya vuelto a medir la distancia vacía, el hueco que cuelga suspendido, que queda suspendido entre lo reciproco y lo que no lo es.
Hay un hueco ahí a mitad de camino. suele inclinarse hacia uno de los dos lados. Es un hueco difícil porque se llena de cachitos de ambos pero aún así se inclina siempre un poquito más hacia un lado que otro. Y supongo, que a final de cuentas, si hablamos de reciprocidad, para resolver la ecuación entre si es reciproco o no, vale con aquella frase que leí una vez: "si tienes que preguntarte si te quiere, ya tienes la respuesta". Es un poco igual.
Me prometo tratar de cumplir mis sueños. Quería escribir esto. Escribo con intención. Uno siempre escribe con intención aunque domine el arte de ocultarlo.
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