MR. BANKS






 "Encastrada en el hueco que excava tu nombre,
reclusa frente a los cráteres donde
                           podría correr hasta la extenuación."

- A.LIDDELL









Me encantaría un cable infinito conexión cielo y tierra.
Que te deslizases de noche para volver a arroparme.
Mis besos de buenas noches.
Tus manos. Siempre tus manos.
Trepar los días de lluvia y de miedo y de angustia.
Los días sin ti que ahora son todos e irnos a pasear entre chistes,
cobijados por conversaciones eternas,
la poesía,
tus anécdotas,
mis inseguridades,
tu arropo constante.


Sácame a volar. Vuelve a contarme un cuento.
No he encontrado a nadie en este mundo de mortales que lleve la fantasía en los ojos.
Transmíteme de nuevo el poder de la ilusión, de la infancia, de los sueños.
Yo sé que Peter Pan nunca creció y que esa manera es la correcta.
Los porqués restantes son nuestro secreto.

El otro día en el Registro Civil sentí mi cuerpo adentrarse en un congelador y mis órganos desintegrados.

“Duplicado del libro de familia”
“¿Tus padres están divorciados?”
“Mi padre está muerto”

No sabía que os casasteis en Guadalajara.
Tampoco sabía que iba a desmoronarme en las escaleras llorando cuando vi tu firma impresa en un papel.
Mi partida de nacimiento y este puñetero ciclo vital en el que la muerte ahora está tan presente.

Ando hurgando en el pasado por obligaciones burocráticas y yo solo quiero volver a besarte la mejilla.

Es tan raro vivir sin ti.

Me han dolido algunas decisiones.
También estoy tratando de entender otras.
Me llevo preguntando tiempo cómo debo gestionar todo este amor.
Este amor abismal e incondicional que se ha sentido traicionado frente a un papel guardado en una carpeta amarilla que contiene tanto de ti.
Y aunque sea duro, es la verdad.

Tú eres los abrazos,
La mirada fiel y cuidadosa,
El apoyo incondicional,
Tu poesía y tus versos,
Los viajes a ninguna parte pero a todas,
La protección ante todos y todo, incluso frente al dolor inevitable que causa la existencia.

Pero también eres el tiempo de distancia entre nosotros,
El padre que a veces fue demasiado amigo,
El niño perdido que no quiso asumir la responsabilidad de los años.

Y no sabía como perdonar lo que ahí dentro, en esa carpeta, he encontrado.
Tampoco podía cabrearme porque no dejarás nunca de ser  lo que más amo, la representación física de lo que admiro.

Entonces tres días de un Madrid mojado y lagrimas.
Tres días de películas al azar,
Y me descubro rota y sonriente al acabar la última.
Saving Mr.Banks”.

De pronto vuelvo a la infancia.
La silla roja del salón, las cenas de película antes de dormir.
Tú preparándome para ir al cole.
Mis desayunos favoritos solo porque los preparabas tú.
“Ferriprunch” acariciando mi cara recién lavada de niña que no entendería nunca el mundo sin ti.
Tú, la cueva que me acurruco cuando la vida dañaba.

Y  me doy cuenta de que estuviste perdonado desde la primera vez que te llamé “Papá”.
De que aquella noche en Nueva York, nos perdonamos los dos.
De que el día del café frente a la puerta del hospital,
El día que supe que nunca jamás volvería a sentir tu piel,
Ya solo sabía echar de menos pero no necesitaba perdonar absolutamente nada.

P.L: Travers salva a Mr Banks.
Y yo también.
Perdono todo porque lo comprendo todo. Ahora sí, Papá.

Ironías de la vida hacerlo a través de una película entre cuyos personajes está Walt Disney.
Pero mi mundo de niña se cimentó alrededor de esas canciones, de esos dibujos, de tantas historias…
De ti, acompañándome para emprender las aventuras que fuesen necesarias.

En un mundo de adultos fuiste un niño grande que sufría y que a su vez tubo que perdonar a otros y quizás a si mismo.
No estoy segura de si llegaste a hacerlo.  A esto último no nos dio tiempo.
Empezaba la edad en la que habríamos abordado esos temas que requieren mas delicadeza, pero te me escapaste demasiado pronto.

Al final, Mr Banks vuela esa cometa.
Tú y yo, también.

No pasa nada Peter, crecer es ardua tarea.
A mi que me protegiste de cualquier manto de tristeza cómo no ibas a querer hacerlo de tu propia muerte.

Lo que ocurrió entre medias. Las decisiones que se tomaron incluso en la desconsolada fecha de dos semanas antes, han sido abrasadoras e hirientes.
Pero no importa.
Te prometo que no importa.

Subiré el volumen del Rocknroll,
Recordaré tus botines negros,
El sombrero de ala ancha
Y los versos de toda la poesía del mundo.
Me concentraré en los polvos mágico de campanilla,
El viaje a París,
Aquella atracción de la mina en Disney,
Tu empeño en que los años no destrocen a la niña que vive dentro.

Y, te veré.
Amándome con cada esquinita de tu cuerpo por dentro y por fuera.

Alza la cometa Mr Banks.
No crezcas Peter.
Recuerda quién eres Simba.

Me levanto. Enfrento las responsabilidades de hoy. Las que vendrán.
Crecer es esto y vivir también.
Guardo muy a dentro a tu enanilla y por supuesto tus lecciones.
Todos los días me acuerdo de soñar.
No creeré nunca en los imposibles.
Crecer es eso y vivir también.


Al final, fue cuestión de encontrar la mezcla adecuada. El punto intermedio.
Y yo, prometo hacerlo por los dos.

Te perdono, Papá.
Te entiendo, Papá.
Te echo de menos, Papá.
Te admiro, Papá.
Te quiero, Papá.


Papá.



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