QUE YA NO QUIERO NADA QUE NO SEA CONTIGO.
Sí. Tengo un montón de miedo porque me angustia mucho perderte.
Dos años arriba y abajo y ahora, ahora después de ti vagando por la calle, de casa nueva uno – con la locura que allí dentro se vivió- después de las maletas por la calle, la escapada a dos horas de Madrid para regresar a ese hostal con tan mal olor pero con la dueña tan tan simpática, aquella Argentina… después de reírnos por no llorar pero jopetas, no veas que si nos reímos, se nos dio genial, mientras subíamos una calle que a mi me parecía eterna con todos tus trajes, con esas maletas gigantes y con paraditas de banco en banco cantando el himno del Atleti.
Cuando por fin llegó casa nueva dos y por fin solitos y por fin comprender lo que de verdad es una convivencia, con todos sus más y todos sus menos. Cuando yo lo que quería es ir atravesando el túnel de esa convivencia, de reconocernos con nuestras manías y de encuentros en común, cuando por fin tus abrazos y besos, cuando los paseos por todo el barrio que siempre resultan ser paseos gastronómicos porque ya nos conocemos y – ojo!, nos conocen – todos los bares/restaurantes/coctelerías/tabernas de por aquí. Cuando llegamos a casa y fumamos un poquito, muy poquito, solo estos últimos findes y peli y hacer la cama y reírnos porque vamos fatal y nos liamos con las sábanas. Cuando puedo tocarte para dormir y lo último que escucho cada noche es tu voz. Cuando quiero por fin la tregua a todos esos meses viene Valencia y el trabajo y claro que tengo miedo. Un montonazo.
Porque tengo esta loca manía por encariñarme (quizás sin medida alguna. Quizás descontroladamente) con las cosas y personas. Sí, sí. Como lo oyes. Me encariño con lo objetos un montón . Muchísimo. Yo puedo llorar por una cajita, por un libro y por mi peluche (El poni H D L Montañas… ya sabes… - jo, ves, ya me río de una manera nostálgica al escribir esto porque esto solo lo entenderías tú y solo lo entendería yo y esas son nuestras bromas y de alguna forma nuestros pequeños secretos y eso me pone triste a la par que feliz).
Perdona, te iba diciendo que… ah, eso… pues que jo, si yo me encariño con los objetos imagínate como lo hago con las personas.
Ahora me da más miedo aún, o bueno más no, casi igual, haber presionado muy fuerte, haberte pedido demasiado y haber reaccionado muy mal y cuando hablo de muy mal hablo de la duda. Porque la desconfianza hace pupa en todas las cosas y yo me he pasado de desconfianza porque me entran unas ganas de llorar muy fuertes cada vez que me imagino montada en el tren sin ti.
Abriendo la cama de casa nueva tres ..(puff).. sin ti. Colgando posters en casa nueva tres y observando que no están tus Skates de decoración en las paredes…
Y quiero ser como esas personas racionales que pensarían que esto es una mega oferta, que voy a cumplir sueños y vivir frente al mar, que estamos a tan solo una horita y media de ti y de todas las personas que quiero, que todo es más sencillo y más fácil y que no debería haber tristeza en las cosas, no tanta no asi y no por esto… de verdad, te prometo que me gustaría sentir en grados más pequeñitos todo pero es que nací así, o me fui haciendo así y no puedo evitar que todas las cosas que vivo vayan ligadas a un abanico de emociones extremadamente intensas y pensar en echarte de menos a mi me hace un agujero súper grandote en el estómago.
Prometo intentar calmarme. Intentar pisar un poquito el freno y destensar la cuerda para que tu decisión sea tuya y no mía. Para querernos libres y sanos como siempre entendí el amor aunque a veces llevarlo a la práctica resulta mucho más difícil que la teoría.
Prometo intentarlo.
También me gustaría que igual que yo, que al final, escucho lo que dices y me doy cuenta de que tienes razón, de que estoy presionando muy fuerte y a veces creo que te quedas sin aire y necesitamos respirar por separado también – pero igual que atiendo a tus razones- me gustaría que tú pudieses escucharme cuando trato de hablarte de mis miedos y emociones y no pensases que es un ataque. Que yo, a veces necesito una explicación dos o tres veces hasta quedarme tranquila porque aunque trabaje en el miedo, el miedo es muy fuerte y hay que ir venciéndolo despacito… todo se practica. Y por eso a veces necesito que tú también entiendas eso de mi y entiendas que ceder es necesario y que soy un río de emociones que se desborda a veces pero tendrás que quererme así porque también creo que por eso, aunque tú todavía no lo sepas te fijaste en mi y hemos llegado hasta aquí. Porque a veces ser un río de emociones tiene cosas muy lindas… todo siempre es un equilibrio.
Sabes, en estos días y después de tantas peleas me doy cuenta de que te quiero seguro. Aunque aún sea un comienzo y aunque aún haya mucho recorrido.
Pero te quiero porque cada vez que me imagino en ese tren y reviso todo lo malo y todo lo bueno de los dos, de mi, de ti. Siempre elijo que en ese tren vayas tú conmigo.
Ojalá pase lo que pase, todo salga bien y todo salga contigo.
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