EURIDICE
"No hay otra solución:
Si de verdad amas a Euridice,
vete al infierno.
Y no regreses nunca." - Ángel González
Tengo
un lanzallamas en la mano y prende tu nombre.
Hay
Resaca acumulada en caricias de noche que despiertan remordimiento esparcido en
los cajones.
Llegar
a la meta es sinónimo de terminar, y aun así, seguimos hablando de nombres
propios.
Agotado
el amor solo puede subastarse al mejor postor el deseo, si no lo aniquilo
primero, o tú antes.
También
es decisión de la victima el impacto de la bala, ya ves, una suicida siempre
elige asesino guapo y legal.
Las
Pelotas de goma no pudieron impedir tanta manifestación de sentimientos por las
calles de un corazón en pecho muerto y carne viva.
Él dice
que se muere.
Ella
nunca compró flores.
Un
paquete de Tabaco en la misma estantería. Cuanto terror comprobar que nada
cambia.
¿Qué
harás si tienes ciento en la mano y al pájaro volando? – Yo saco la basura.
Recicla
por los dos todo el fango y busca a la bruja en otra iglesia, mientras, en
Salem, mi casa no ha caído.
Llevo
mucho escribiendo sobre algo.
No
alguien.
Por
perderme al escondite trazo un mapa ¿Quién se encuentra?
Espero
muerta.
Espera.
Me he
tirado en plancha sobre brazos en cruz; califica la hostia.
A nadie
pediré perdón por haber amado, excepto a mí.
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