SI TE SOY SINCERA




" El Teatro es la poesía que se sale del libro para hacerse humana." - Federico G. Lorca
"El Teatro es tan infinitamente fascinante porque es muy accidental, tanto como la vida." - Arthur Miller.













 
El teatro tiene una magia maravillosa ¿Sabes?
A través de el, vamos construyendo una familia solida, que se mira cara a cara en las adversidades y brinda en las victorias.
Porque cuando te levantas a las nueve de la mañana, preparado para un ensayo o un pase de texto, realmente estas preparándote para la vida y para un eclipse de tiempo en el que se te permite jugar un rato. Dejar de ser tú metiéndote en otra piel y a la misma vez, ser más tu que nunca prestándole alas al personaje y que así pueda alzar el vuelo.
Cinco personas que un día se levantan con el pie torcido, con la vida a cuestas, con alegría, después de una noche de insomnio, con el corazón en remiendo, con el estrés de las practicas, con la energía del rubio que llega a todas partes, con la bondad de Marina, con la belleza de Claudia, con la risa inconfundible de Andrea, con la impuntualidad de Lucía.
Y se juntan.
Y ensayan.
Y aparece Clara, su hija, Lidia, Martin; Gabriel, Miguel y Natalia.
Y empiezan a respirar.
Y la magia cobra forma.
Porque se pone sobre la mesa el guión, pero es que se ponen sobre la mesa infinitas cosas más.
Se ponen las penas, se ponen los amores, se ponen las frustraciones, inseguridades, virtudes y ya, ya no hay juicios.
En familia no nos juzgamos. En familia nos recuperamos y sanamos a través del trabajo, a través del equipo, a través de la ilusión.
El amor por una profesión, el orgasmo sobre las tablas, la adrenalina en la subida de telón, las expectativas y los sueños en común.
El arte como forma de crecer. Con las Artes Escénicas se aprende a convivir.
Después de cuatro años, nos sabemos de memoria las taras y fallos de cada uno, pero sobretodo abrazamos incondicionalmente la calidad humana de los mismos.
¿Quién llora en una clase?
¿Quién saca el corazón delante de sus compañeros? : “Hoy viene herido, chicos.”
¿Quién baila como si mañana se acabase el mundo en ejercicios con música de fondo?
¿Quién destapa los golpes familiares que todos cargamos en la mochila?
Pues, aquellos que durante horas y horas de la semana se desnudan encima de un guión, con la voz, el canto, la lucha escénica, la improvisación.
Yo sé mucho de las personitas con las que he decidido que compartiré profesión y a ser posible mis días hasta que se acaben por este lugar extraño que llaman mundo.
Yo sé, que cuando Natalia mira a Lidia, vuelve Lexington Avenue. Vuelve un bote salvavidas con nombre propio a la que no dejaré que ningún minuto de su existencia le duela si yo puedo evitarlo, o sencillamente, si puedo cobijarla entre mis manos como ella hizo conmigo.
Yo sé, que Clara y Natalia se rompieron, solo porque un día se quisieron.
Que admiro a la chica rubia de piernas largas, porque son inconfundibles. Pero sobre todo, porque lo realmente inconfundible es la manera en la que araña la vida a mordiscos de pasión y de ganas.
Ella se comerá el mundo. Espero que me deje acompañarla mientras lo hace.
Yo sé, que mi chico rubio es un amasijo de calidad humana.
Que mi Gabriel, es frágil.
Que aunque tiene mil cosas por hacer y haya veces en las que no le apetezca hacer ninguna por la simple razón de que el tiempo a todos nos pesa, se enfrenta con valor, se encara a sus miedos y por eso, es mi campeón favorito.
Yo sé, que hija Clara es tan transparente como el mar. ¿Eh Marina?
Y guarda por ahí un oleaje que cuando abanica nuestras orillas trae tsunamis de fuerza, de frescura. Un tsunami al fin y al cabo, y eso que todavía no os he contado como canta.
Ella aún no se ha dado cuenta porque suele pasear en calma por las orillas de las playa, pero ay, cuando nos dejas mecernos en tus aguas.
Yo sé, que ellos saben que a Natalia hay que esperarla.
Que nunca llegó a tiempo a los ensayos, a clase, ni a los amores de su vida.
Pero, que cuando llega, se dejará la espalda, piel y costado por cada una de las personas que ama.
Me han visto en las peores, me han leído rota. Todos saben quién se ha encargado de romperme fuera de los escenarios, porque con ellos no hay secretos.
Y me cuidan. Y nos cuidamos.
Cuando se abre un guión. Cuando se empieza un proyecto nuevo, se encienden las luces de la tierra y todo cobra sentido.
Damos luz a las habitaciones negras que alguna vez se cerraron en el alma y así, duelen menos.
Ventilamos el polvo de los recuerdos y la melancolía tiene un cierto sabor a vainilla y chocolate.
Si lloras, luego ríes.
“Cinema Paradiso” me enseñó que: “Hagas lo que hagas, amalo”
Me lo tatué.
A día de hoy, a pesar de tropezar constantemente, voy cumpliendo con aquello que de niña me prometí.
Amo lo que hago.
Amos a las personas que lo hacen conmigo.
El truco final fue el Teatro.
Vosotros, eternos compañeros.
Hay un lazo irrompible entre los que nos abrimos en canal juntos.
Hay un jardín de flores que germina a cada paso que damos.
Sois mis flores favoritas. A mi que me gustaban las Rosas y sus espinas.
“Si te soy sincera” pido, que la eternidad, aunque a veces dure lo que tardan dos miradas en cruzarse, nos pille siempre juntos.

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