DUDOSA GEOGRAFÍA URBANA.
(...)
Porque existe una esquina
donde suele citarse la memoria
con la imaginación,
y las huellas se hunden
hasta pisar, no sé, dudosamente,
la conciencia del tiempo.
- L.García Montero
He dejado de fumar.
Pero aún me apetece fumar cuando recuerdo
el sonido del mechero al prender.
La forma de mis labios al inhalar.
El juego de mis dedos sosteniéndolo.
Y por eso es tan difícil. Porque
recuerdo.
He vuelto a esperar en la misma esquina de
aquél Diciembre del 17.
Pero no eras tú mi cita.
Ni podrías volver a serlo.
Ni cenaríamos dónde yo pidiese.
Ni volverías a concederme caprichos.
No iríamos a cantar después.
Ni volverías a dedicarme canciones.
He vuelto a esperar en la misma esquina pero
tú estás muerto ahora.
Y te recuerdo con la misma nitidez con la
que palpo mi propio cuerpo.
Y por eso es tan difícil. Porque
recuerdo.
No he vuelto a la plaza de dos estatuas.
Pero a veces cuando de noche voy paseando
hacia casa
me imagino cambiando de
dirección para acudir allí.
Pienso en sentarme en aquel banco. En el
nuestro.
Y volver a charlar.
¿Te imaginas que nos encontrásemos ahí?
Como si hubiésemos echado tanto de menos
a esas dos,
Tanto, tantísimo,
Que no hace falta reconocer que la
ausencia
de mi contigo, ni de ti conmigo,
ni de nosotros
con ellas
porque nadie más podría,
Es el verdadero motivo de haber ido a
buscar(nos).
Pero tú nunca estuviste.
Y lo recuerdo.
Y por eso es tan difícil. Porque
recuerdo.
Pareciese que todo fue ayer.
He fumado.
He amado.
He besado.
Y ahora…
Empiezo a temer al tiempo porque ahora
soy consciente de que existe.
Y temo a la memoria porque me hace frágil
y extremadamente vulnerable; a partes iguales con lo mucho que la preciso. Más
que nunca. Porque no puedo olvidar y no quiero olvidar(me).
Mantengo con vida todo lo muerto,
Y es difícil,
Pero recuerdo.
Hay que ver cuánta nostalgia guardan las
madrugadas de Madrid en verano.
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