LA SUERTE ES UNA RAMERA DE PRIMERA CALIDAD.







Estará como siempre en alguna frontera
persiguiendo algún tipo en mitad de la noche,
estará consiguiendo vivir de quimeras,
recordando los cuerpos, olvidando los nombres.

         
                              - Q.G.


 






Son las tres de la mañana.
Hace muchísimo calor. Madrid siempre es terrible en verano pero es que hacía muchísimos veranos que no tenía que sufrirlo.
Estoy en bragas en mi cama escribiendo.
Llevo una camiseta que tiene historia y me queda grande.
Un peinado raro y recogido de esos que me hago cuando estoy cansada por dentro y me la pela que se note por fuera.
Me falta el cigarro. Me encantaba escribir con el cigarro en la boca.
¿Cuántas veces voy a tener que repetir que lo que menos me gusta de los vicios es haberlos dejado?



Últimamente tengo insomnio.
A partir de las doce de la noche, por mucho que me machaque en el gimnasio para calmar los ataques de ansiedad  -o para descargar mi ira general y con tu muerte en especial-  empieza el nudo en la garganta, la asfixia, la llorera constante rebotando contra el techo de mi cuarto la palabra: "Papá".
Asique eso, que duermo jodidamente mal.
Y en estas noches de batalla veo series, leo poesía, empiezo novelas y encuentro cosas.
He hecho muchos descubrimientos en este periodo de tiempo en Madrid.
El más reciente ha sido el blog de Paul Alone. No sabía que escribía.
Me mola mucho.
No me voy a poner a hacer una critica literaria al respecto, pero me parecía correcto mencionarlo.
Digo esto porque la verdad es que no creo que haya mucha gente que me lea.
A veces pienso que salvo algún familiar o amigos de amigos que me cotillean cuando mamá comparte algo mío en Facebook;  la gente no pierde su tiempo en leer, por desgracia eh, y mucho menos un blog cualquiera.
Sin embargo, a mi siempre me ha parecido que los blogs son una manera de acercarnos a la persona detrás de la dirección IP.
No solo aquellos en los que se escriben cuentos, poesía o prosa tipo diario,

-que es en lo que está empezando a convertirse el mío. En un jodido diario... aunque de cierta manera, intentando descorarlo mediante historias escritas en trecera o segunda persona, siempre lo fue un poco-.
Sino cualquier tipo de blog. Incluso los de cocina.
Si sabemos leer bien, encontraremos mucho acerca de la persona que ha tenido la necesidad de crear su pequeño rincón virtual para compartir con  quién desee encontrarle un cachito de su persona.
Eso es bonito. Joder, eso es muy bonito.
Quizás por eso amo tanto leer y quizás por eso yo también sentí la necesidad de crear este blog hace tiempo.
La palabra no es más que una extensión de los sentimientos a través de la cual estos pueden cobrar forma. Aunque sea etérea. Y que necesario es.

Me enrollo como las persianas. Disculpad.
Todo esto venía por el blog de Paul. Me ha sorprendido. Cuándo lees a una persona te cuelas (hasta dónde esa persona te permite) en su cabeza, en su interior, pones un piececillo en su vida y sobretodo en su forma de transitarla.
Y la forma de Paul me ha sorprendido y además me ha gustado.
Con eso vale para comentar un blog. Yo me entiendo.
¿Os habeis dado cuenta de cuánto utilizo  "Yo me entiendo" para intentar explicar lo que solo puedo sentir?



Además de no dormir bien, de pasar muchísimo calor incluso con el aire acondicionado, de quedarme hasta altísimas horas de la mañana leyendo e investigando por las redes movidas extrañas también estoy retomando viejas costumbres.
Este verano he vuelto a escuchar a Quique en bucle.
Curiosamente todo empezó cuando pude escaparme unas semanitas a la playa. Lo necesitaba un montón.
Empecé las vacaciones antes que el resto y ya ves tú, ahora voy más lenta que todos.
Una noche, en las fiestas de un pueblo cercano a dónde yo veraneo, me reencontré con la voz de Quique en la típica verbena en la que esperas encontarte muchas cosas, menos esa.
Y desde entoncés no he parado.
Todos los veranos suelen definirse por una música determinada en mi lista de reproducción.
Algún artista o género que se repite más que el resto y otro,s que nunca dejan de estar como Sabina o Serrat.
Pero este, es de Quique González. 
Además ha anunciado que su próximo disco será con la colaboración de Luis García Montero y parece como si todo remitiese a ti Papá.
Te habría flipado en colores ese disco. A mi, sin embargo, me va a reventar. Pero tú sabes que no hay nada más bonito que el arte reventándonos.
Hubiese molado reventar juntos. Claro que, si tú estuvieses, todo me reventaría menos de lo que lo hace actualmente.




Mañana nos vamos al Pueblo.
Quiero ir con Nica a dejar flores al abuelo y me gustaría conseguir un ratito para ir solas, de la mano y hablando.
La echo de menos.
Actúo en la plaza. Estoy acojonada. Es una sensación rara volver al lugar dónde viví tantísimos momentos importantes y especiales. Tanta infancia.
Vólver sin el abuelo. Vólver como actríz. Vólver sin ser niña ya. Vólver con otras historias de amor a la espalda. Vólver huérfana de alguien.
Pero especial al fin y al cabo. Me quedo con eso y con la carita que sé que se le va a quedar a Nica porque me consta la infinita ilusión que le hace.
Y para mi, hacer feliz a ese ser humano, es casi lo único que aún permanece sagrado y prioritario en mi vida.
Y Mamá. Ella jamás dejó de ser prioritaria pero quizás la daba por hecho.
En cierta medida a ti también.
Ahora ya no. Cuando la muerte te pega de bruces en la cara ya no vuelves a dar por hecho a nada ni a nadie.
Y Mamá siempre ha sido mi casa de la fuerza.



Luego Asturias, festival, Valencia, Playa.... el verano supongo.
Y luego, Vólver a vólver porque es irremediable.
Pero ahora mismo no quiero pensar en eso.
Ahora solo quiero
descansar,
emborracharme,
bañarme mucho en el mar,
rodearme de mis personas,
cantar con cerveza fría en la mano las noches que tengan estrellas,
rebozarme en la arena,
perderme,
leer frente al mar,
comer mucha paella con Mamá y Carlos,
zamparme a besos a Nica. Que se agote de tantos besos. No dejarme ni uno en el tintero.
Conversar mucho con Mamá,
acoradarme de guiñarle un ojito a Carlos y repetirle que le quiero,
cuidar más a tío Juan,
hacerle saber a Jorge que puede contar conmigo aunque ya lo sepa. Pero que lo sepa más.
Mimarme mucho y darme tiempo para comprender cómo echarte de menos y acostumbrarme a hacerlo sin sufrir asi.
Habrá que vólver. Pero por el momento,


Carretera y manta, maggie.







(...)

la suerte es una ramera de primera calidad...









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