UN SIETE DE DICIEMBRE
He terminado de ver "Las buenas intenciones" película Argentina que me recomendó un amigo. Le he conocido este fin de semana, es de Buenos Aires y está de paso por Madrid. Pero ya es amigo en cierta medida porque a veces las sensibilidades conectan y porque así voy yo un poco por el mundo, sonriendo me decían en el curso, que es otra forma de cruzarme con desconocidos y decirles que estoy abierta a que no lo sean. Siempre me gustó abrirme a conocer a todo el mundo y tener el corazón disponible para hacerles un huequito en mi vida si se da la circunstancia. Esa soy yo, a fin de cuentas.
He acabado la película con ganas de llorar. Las lagrimitas estaban ahí, no han caído, quizás porque me he frenado, quizás porque notaba el nudo en el estomago grande. Te he echado de menos papá. Tendrías que ver la película para entenderlo igual que yo entendí muchas cosas que en cierta medida pude perdonar en vida, cuando aún vivías y menos mal. Nueva York y aquel último baño en el mar. Qué importante fueron esos dos momentos vistos ahora, cuánta importancia van cobrando con los años. Hay algo de ti que sale ahí, en esa película. Algo tan hermoso como doloroso. Esa forma de estar en el mundo tuya. Yo lo entiendo y tú lo entenderías viendo la película. Aún así, duele. Las intermitencias en los padres son algo complicado de explicar y de colocar. Nunca cuestioné tú amor. No te preocupes por eso. Es difícil explicarlo pero nosotros desde esta nueva distancia mágica entre el cielo y la tierra, entre los versos de Cattana que afirman y yo lo afirmo también que tú siempre estás aunque no estés, imagino que sabes de qué te hablo porque puedes ver la misma película que yo y nos comprendemos y no perdonamos y nos amamos como hacen los seres humanos. Eso tenemos. Te echo de menos todos los días de mi vida papá.
Justo, desde este lugar vulnerable, me he encontrado al terminar la película con una canción que tampoco he podido terminar de escuchar porque ya sí que me iba a poner a llorar y hoy, fíjate, con lo llorona que soy en general, hoy no he querido.
Con esa canción no te pienso papá, pienso en otro chico. También le echo de menos, de una forma muy diferente a la tuya. Y en este caso, la perspectiva va dando otro sentido a las cosas, todavía idealizo muchos aspectos pero cada vez menos o al menos, cada vez más me doy cuenta de que estoy idealizando y vuelvo para tocar realidad. Aterrizar.
En otra vida... sí, pudieron pasar muchas cosas y ojalá hubiesen pasado. Pero a veces una tiene que llegar a entender - es difícil eh, todo un proceso- que en otra vida para que todas esas cosas pasarán, esa persona también tendría que haber sido otra. Y eso es definitivo. Tan definitivo que la resolución es que nunca podría haber sido. Te sigo echando de menos J. Guardo nuestros recuerdos de una manera extraña, va calando en mi que nada fue tan bonito pero sin embargo fue muy fuerte, fueron muchas cosas. Tampoco fue tan feo. Sencillamente fue. También va calando en mi que fui un pilar muy importante para ti a expensas de que esto nunca jamás cale en ti. Pero cada día me doy más y más de que en un momento dado de tu vida extremadamente complicado yo saque manos, piernas, cabeza, pulso y el corazón sobre todo para ayudarte y cuidarte. Me entregué por completo. (no digo que esto este bien, ni que lo hiciese de la forma más correcta. De echo dudo ya que nadie deba rescatar a nadie porque tampoco se logra) pero estuve fervientemente estuve ahí para ti. Durante mucho tiempo en cierta medida sentí que me debías algo por ello. Ya no. Gracias a dios he comprendido y voy comprendiendo que todo lo que realmente se quiso hacer siempre se hizo sin esperar nada a cambio y por supuesto, las cosas que se hacen con amor (que no por amor, habría que darle una vuelta a este concepto incluso tal y como está escrito es interesante) se hacen sin esperar nada a cambio.
Por eso hablo de hacerlas con amor y no por amor. "Por" pareciese que exige algo a cambio. "Con" no exige nada. Y yo, ya no pretendo ni me importa incluso si tu ves o te das cuenta de que yo estuve a tu lado de la forma en que supe pero ahí. Ahora, me basta con saberlo yo y sentirme orgullosa de abrir mi corazón siempre con nobleza. A ti y a cualquiera. Me refiero, a los que amo. Las personas que amo cuentan conmigo. Y de eso me siento orgullosa.
En otra vida quizás, cuántas cosas. Pero en esta, a día de hoy, creo que empiezo a preguntarme mucho más por mi. En está que quiero yo. En esta que voy a hacer yo. En esta qué. Esta que es la mía.
Cada mañana al despertarme, durante cinco monitos en silencio doy las gracias. Y luego, puedo comenzar mi día. Y estoy bien, y esto es para mi: qué bien Luchi, qué viaje son los años y las vivencias. Pero qué bien colocadas empiezan a ir, haciendo espacio y ligeras, ya no pesan y mucho menos incordian. Ya no.
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