LYRIC PEOPLE OR MUSIC PEOPLE
En
primero de carrera nos propusieron un ejercicio chulísimo para historia del
cine.
Teníamos que irnos por Madrid un día
entero, hacer un recorrido, el que quisiésemos y luego entrar en la filmoteca.
Teníamos que recopilar información sobre
ese día y luego en la forma que quisiésemos hacer un “documento” escribiendo
sobre ello además de por supuesto una crítica de la película.
Cada uno podía elegir cómo hacerlo.
Yo lo documenté a través de imágenes pero
sobretodo de canciones.
Decidí que quería hablar de cómo había
sido mi día, de las rutas y calles que había tomado y de lo que había hecho con
las sensaciones de la banda sonora que había decidido que me acompañase.
Me pusieron un nueve con dos. Nunca
olvidaré esas dos decimas que me parecieron un poco tocahuevos la verdad, jope,
para eso ponme un nueve o coño ya que estamos estírate y ponme el diez (aunque
con mis faltas de ortografía que son de toda la vida, irónicamente y a pesar de
devorar libros, pues supongo que el diez era difícil.)
La cosa es que hoy tenía bastantes cosas
que hacer por la mañana, de trabajo en general. Me encanta estar ocupada y
currando para hacerme un hueco en la profesión que quiero.
Pero luego tenía tiempo libre y el día ha
amanecido triste. Papá y yo éramos igual en eso, un día con sol nos daba la
vida pero uno nublado nos lo amargaba. Ahora solo me lo amarga a mi. Joder
cuánto te echo de menos a cada segundo y que poco lo digo para que no me
sobrepase el dolor.
Cambiando de tema, no quiero ir por ahí.
El día ha amanecido triste y yo la verdad
que un poquito también.
Y como no me quiero dar morbo ni repensar las decisiones ya tomadas y además tomadas correctamente
he decidido que necesitaba estar sola conmigo, con mis emociones conectadas en
vez de castigadas en la esquina.
A veces creemos que para el dolor la
mejor medicina es un parche que lo camufle pero de la misma manera que darse
caña o martirizarse no es sano, taparlas como si no existiesen tampoco lo es.
Así que me he hecho el ejercicio de
historia del cine, seis años después, de nuevo.
Olé yo.
Hay que ir bien preparado. Yo quería
ponerle a mi paseo banda sonora. Porque hay que ver la de veces que he deseado
vivir en una película y que determinados momentos que estaban sucediendo con
personas tuviesen música de fondo.
Tengo algunos muy bonitos grabados en la
memoria.
Con J cuando tenía unos diecisiete años y
descubríamos el sexo junto a November
Rain de Guns and Roses o nos reconciliábamos después de algunas
monumentales en mitad de la calle odiándonos hasta que me mandaba un Skinny Love de Bon Iver.
También con C, follando muchísimo en el
coche de la manera más guarra y también más bonita, porque lo hicimos
absolutamente de todas, cada vez que terminábamos de cenar y beber vino en
algún sitio y luego me llevaba en coche a casa y yo le obligaba a parar en mi
lugar secreto, tiraba del freno y él sabía lo que iba a pasar.
Y nos encantaba así, arriesgado y a la
vez tierno y juguetón como si aún fuésemos adolescentes mientras sonaba Si te vas de Extremoduro.
Con otro J cuando me besó en un Karaoke
con Rosas de la Oreja de Van Gogh o
en el coche con Champagne de Pereza, Miss trueno 89 de Ángel Stanich y Kamikazes enamorados de Quique.
He tenido muchos más momentos y besos a
lo largo de mi vida.
Pero así con banda sonora especialmente
bonitos guardo aquellos.
Asique, por eso de que la vida recree una
escena cinematográfica preparaos bien las canciones que os van a acompañar.
También os tenéis que abrigar que hace
frío ¡leñe!
Para los que escribís o dibujáis un
cuaderno. Yo me he llevado el mío.
Los que retratéis, una cámara…
Y, ¡Ya estaría!
No os voy a contar detalladamente los
sitios a los que he ido ni las canciones que me han acompañado porque la verdad
es que hoy no tengo muchas ganas de escribir, al menos no con detalles.
Pero voy a dejar algunas de las cosas que
sí he escrito en el cuaderno haciendo referencias a esto mismo.
Pequeños extractos que otro día pasaré a
limpio aquí y así os lo podéis hacer si os apetece alguna vez y descubrir
sitios nuevos.
Esto son meras reflexiones en desorden.
(…) Cincinnati.
Llevo ya varias semanas en bucle con esa canción.
Pero me gusta sobretodo la última con Rebeca
Jimenez.
Me besaste y después
me pediste perdón,
Nunca fuiste tan tierna.
Y yo te abrazaba
Como si fuera la última vez
Que iba a disfrutar tus madrugadas.
Nunca fuiste tan tierna.
Y yo te abrazaba
Como si fuera la última vez
Que iba a disfrutar tus madrugadas.
(…)
Contando las balas
Como si fueras a echarte a correr,
A punto de anunciar tu retirada.
Que sepas
Que tengo preparadas las maletas
Por si te quieres fugar
Conmigo
A aquel lugar del norte,
Ese que siempre te digo.
Como si fueras a echarte a correr,
A punto de anunciar tu retirada.
Que sepas
Que tengo preparadas las maletas
Por si te quieres fugar
Conmigo
A aquel lugar del norte,
Ese que siempre te digo.
Me pone la piel de
gallina esa parte. Fugar conmigo a aquel lugar del norte, ese que siempre te
digo.
Igual porque me
gustaría que me propusiesen eso alguna vez. Hay tantas veces y sobretodo en
épocas concretas que tengo la necesidad de fugarme.
Esa es otra de las
palabras para mi diccionario de palabras bonita. Fugarnos.
Es como una huida
pero quitándole la connotación cobarde y poniéndole una de complicidad ¿a qué
sí? Yo que sé, a mi me parece romántico.
Incluso para
usarla más a menudo con tu pareja. En vez de, “vamos de viaje a tal sitio”
decirle: “Oye, ¿nos fugamos juntos este finde?”
Joder, como mola.
También me trae
recuerdos de fugas que planee, como aquel viaje a Lisboa que le regalé a C. Y
tenía que ser una fuga porque después nos despedíamos y yo creo que el
inconsciente, ese puñetero amigo que intentamos silenciar pero al final no deja
de estar ahí el muy capullo, me decía que de ese Erasmus que ambos teníamos, no
había billete de vuelta juntos.
Asique nos fugamos
juntos. Le regalé un hotel en pleno centro para poder visitarlo todo durante el
día (nos congelamos y nos pateamos todos los museos habidos y por haber y toda
la ciudad. Entre medias yo le obligaba a entrar en calor con vino o cerve
porque jope, es que caminábamos mucho) y luego por las noches nos perdíamos.
Y rulaban las
copas, las canciones, los bailes ridículos de ambos, los videos haciendo el
canelo y posando muy feos, y como no, yo liándole alguna al pobre como beber
tanto que nos teníamos que recorrer toda la ciudad hasta encontrar un chino
abierto done alimentarme.
Muertos de frío y
perdidos. Y claro, al final, esas noches eran las mejores porque nos sucedía de
todo, como que cada dos por tres nos paraban disimuladamente y nos ofrecían
desde maría hasta otras múltiples
sustancias y acabábamos los dos en la puerta de lo único que vendía algo de
comida solida muertos de risa.
“Las que me lías” pero sé que en esos momentos con el cielo lleno de estrellas y la luna
gigante, esa que se pone plateada y parece que te llega su luz, estábamos siendo
muy felices.
También, con esa
canción pienso en otras fugas que me habría gustado hacerme con otra persona.
Pero no podía ser. Desde tirarme en paracaídas hasta Ámsterdam, Brooklyn, París
o Berlín. Joder, y al mismo Cincinatti. Y la ruta 66 juntos en moto. Y te
hubiese puesto la canción de Lana del rey Ride
y te habría dicho que esta vez yo también tenía un hogar estando contigo.
Hoy también he
pensado mucho en eso, cómo no.
Al final, la
canción de Dani, no sé si a todos, pero me trae olor a despedida y a la vez esa
añoranza de ¿y si intentamos una última
escapada?
(…)Bueno pues como tu muerte es algo tan atroz, Sabina de momento requiere de
un esfuerzo algo mayor.
La canción que sí
he dejado, como os he anticipado antes, al pasar por un lugar muy concreto ha
sido Esta noche contigo.
Cuando llegue por fin mi mensaje
A tus manos en la gasolinera
Vieja esperaré.
Y tomaremos juntos al abordaje
La carretera que te conté
Dejaremos colgada
La caprichosa luna sobre los cines
Y las estatuas públicas derribadas
En los jardines
Porque voy a salir esta noche contigo
Se quedaran sin medallas los generales
Y seremos los gatos más canallas
De los portales.
Y la he dejado
mientras pasaba El Rincón del Arte Nuevo
y me encaminaba a la zona dónde vivió mi madre. Su primera casita aquí en Madrid
de jovencita.
Es curioso porque
nunca le puse esa canción a la persona a la que me recuerda. O al menos eso
creo. Y sin embargo, me recuerda mucho a nosotros.
Y lo he hecho al
pasar por esa puerta porque me he acordado de una noche, partiéndonos de risa
después de una caminata gigante para llegar y que estuviese cerrado.
Mis cantinfladas.
Pero no importó y nos reímos tanto.
No me he puesto
triste, para nada. Bueno, nostálgica un poco, pero he pensado, que bien habernos cruzado por el mundo.
Y luego he seguido
mi camino sin mirar atrás.
Para toda esta
última parte he tirado de Nachito.
(…) Hay libros que
me han marcado y me gusta releer después de años o meses.
Como he dicho
antes al abrir este he ido directa a una parte muy concreta, os la dejo por
aquí. Supongo que es, en gran medida porque siempre he tenido debilidad por
mujeres muy concretas igual que ya os subí videos de algunos de los hombres por
los que también siento esa debilidad. Los ojos… en fin.
Pues me ha gustado
reencontrarme con ese apartado del libro y sentir exactamente la misma
sensación que cuando lo abrí por primera vez.
Sentirme cercana a
ellas. Es lo bonito de la literatura, te acerca a personas con las que nunca
podrías haber tenido ningún tipo de relación por fuerza mayor. Por el tiempo. Y
sin embargo a través de los libros, de repente puedes casi hasta sentir que las
conoces. Que joder, bien sabes que hubieseis sido amigas. Que, joder, que bien
entiendes aquello de lo que hablan, aquello de lo que escriben.
(…) Finalizo con
una de mis citas favoritas de uno de mis personajes favoritos también en una
serie de esas que se denominan adolescentes.
Creo que devoré One Tree Hill con dieciséis años y me
enamoré de Peyton Sawyer.
Igual que me
compré un conejo y aparecí con él en casa sin avisar porque quería ser igual
que Summer en OC, pues con Peyton algo parecido.
Pinté todas las
paredes de mi cuarto con citas de poetas y autores.
Porque ella era
así. Su cuarto en la serie me fascinaba. Las paredes iban cambiando según las
cosas que le iban pasando, siempre con referencias musicales, vinilos, dibujos
súper oscuros… era una chica libro como me gusta llamarlas a mi.
Joder, si no
habéis visto esa serie tenéis que hacerlo.
No voy a contar lo
que pasó cuando mi madre se dio cuenta de lo de mis paredes que evidentemente
no quedaron como las de Sawyer… hay
cosas que ya os podéis imaginar…
Aquí os dejo algunos de los dibujos que el personaje hacía:
Y quizás lo más valioso para mi. En la
serie ella tiene una cita que dice así:
You know, I´ve got this theory;
There are two kind of people in the
world.
There are lyric people and music
people.
You know, the lyrics people tend to be
analytical.
You know, all about the meaning of the
song.
They´re the ones you see
with the CD insert out like five
minutes after buying it,
pouring over the lyrics,
interpreting the hell out of
everything.
Then, there is the music people….
Who could care less for the lyrics as
long as its just got,
Like, a good beat and you could dance
to it.
I don´t know, sometimes it might be
easier
To be a music girl.
But since I´m not, let me just say
this:
Sometimes things find you when you need
them to find you.
I believe that.
And for me, it´s usually song lyrics.
Para mi, es de las
citas más preciosas, metafóricas y brutales en una serie de TV.
También es uno de
mis personajes favoritos junto a dos más.
Quería terminar
con esto, porque para mi, Peyton, It´s usually song lyrics too.
L.
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