PAINT IT BLACK













                                        








Albert Camús en su libro La Peste decía que “En tiempos difíciles nos conformamos con un amor mediocre, pero el recuerdo siempre es más exigente”.

También hay un diálogo maravilloso de Maxim Huertas en La parte escondida del Iceberg que dice así (y no voy a adjudicar papeles):

-       No me vengas con debates literarios
-       Ni tú vengas ahora con ´Te quiero´.
-       ¿no?
-       No.
-       Me echaste en cara que tardé en decírtelo, que andaba por la relación con frialdad y siempre respondía con un ´yo también´…
-       Es que eso no es un te quiero
-       … y ahora que lo digo me lo echas en cara
-       No era el momento ahora.
-       ¿Y cuándo es el momento? ¿Cuándo es?


Curiosa la vida ¿verdad?
Empiezo con estas dos citas para que cada uno analice y saque sus propias conclusiones, yo tengo las mías.
Leer es fascinante, pero tiene una doble cara, da mucho que pensar.
Te incita a preguntarte cosas, más de lo habitual, te incita a tener hambre y deseos por conocer, por no conformarte por darle mil vueltas a todo, al porqué de todo inclusive de nosotros como especie, de nuestras andanzas por este mundo.

Abrimos nuevo año. Y a veces me pregunto que será de mi en cinco años o incluso en tres, todo va a toda hostia, demasiado rápido y todo cambia a la velocidad de la luz.
Veo tantas versiones y posibles “yo” de aquí a unos años que a veces me asusto.
Es alucinante pero tenemos muy poco control sobre todo esto de vivir. Lo vamos haciendo pero se pierden y se encuentran demasiadas cosas en el camino, personas también. Y nada sale como alguna vez estuvo planeado, tanto para bien como para mal. Da vértigo. Al menos a mi.

Desde que te fuiste Papá, la sensación de nostalgia, eso a lo que llamamos “echar de menos” se ve mucho más agudizada en mi cabeza. Es una sensación muy puñetera y no termino de saber lidiar bien con ella. A veces me asusta lo mucho que ocupa en mi estomago eso de “echar de menos” tantas cosas, momento y voces. Tanto a otros seres humanos.

Ahora mismo, todo tiene un desorden ordenado pero sigue siendo incierto.
He cerrado un año que empezó muy raro porque te había perdido y sin embargo entré en el 2019 anestesiada bajo el sol del caribe, me cuesta escribirlo pero estaba feliz y ni siquiera sabía como era posible.
Hasta Junio, curré mucho y fue difícil, hubo capítulos en el duelo de tu partida que no soy capaz de plasmar en papel, estuve codo a codo con el dolor más visceral y posible.
Sin embargo fui feliz joder. De hecho hubo momentos de éxtasis.
Luego de Octubre hasta hoy he despedido unos meses de mierda.
Literal, un 2019 de puta jodida y absoluta mierda. Y cuando hable de tocar fondo siempre recordaré estos meses e incluso esta navidad.
¿veis a lo que me refiero con las vueltas de todo a una velocidad espantosa? Parece tan inestable, el mundo en general.

Y vuelvo hoy después de unos vinos con personas que quiero y doy vueltas a la cabeza que siempre ruge como un torbellino y me cuestiono absolutamente todo, me da, ya ves, por analizar la vida, así en general y me faltan tantas respuestas a preguntas que me agobio.

No sé con qué pie entro en este 2020. Sé que me marcó una frase que leí hace poco:
“Este año he sido fuerte. El que viene seré feliz”.
Me gustaría que fuese así.
Me gustaría que este nuevo año supla las situaciones de fango del 19. Pero yo que sé.
Porque todo esto se queda muy grande. Si de algo me he dado cuenta es que controlamos tan poquito, a veces no creo que tengamos mucho más poder que el de las marionetas movidas por hilos externos y a veces eso me asusta.
También me alivia.

Hay sentimientos hacia personas de las que ya no soy capaz de hablar.
Porque no me queda nada que decir.
Porque siento que he malgastado mi tiempo y mi amor incluido el propio a veces.
Y siento que imaginé todo lo bonito que hubiese sido y ya no sé si es verdad.
Si la única verdad es que siempre estuvo condenado porque hay cosas que lo están porque en realidad hay personas que lo están.
Porque los rotos no se pueden reconstruir, tan solo intoxicarse más.
Y cuando vuelvo a ese lugar dónde hubiese sido especial,
Me digo, joder era mentira.
Nunca fue bonito. Fue muchas cosas, pero bonito no.
Y mi cabeza cuestionándoselo todo, intenta entender cosas que a día de hoy ya están en el apartado del pasado. De las cosas que en realidad, hablando sinceramente, ya ni siquiera importan.



Pero, supongo que hay una parte que sí cuenta por mucho que todo esto a veces se escape a nuestro control;
Mientras estemos aquí, hagamos lo que podamos porque merezca la pena.

Bienvenido 2020, veamos que sorpresas deparas esta vez.

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