EL TESORO DE MI VIDA.
No hemos conseguido coordinar las cámaras
porque Nica no consigue apañarse bien con la cámara delantera y la trasera,
cuando ella no veía nosotras veíamos su salón y cuando giraba el móvil le hemos
conseguido ver la carita pero ella a nosotras no nos veía.
Total, que hemos acabado haciendo una
llamada normal de tres horas.
Nos reímos mucho rememorando historias y
siempre nos hace gracia ver como las tres somos tan iguales. Tan bichejos nocturnos.
Cuando mami y yo nos subimos a casa de
Nica, acabamos acostándonos a las mil en conversaciones interminables.
Nunca nos cansamos de hablar, con el
pijamita y la mantita.
Las tres pegaditas y arremolinadas en el salón de Nica.
Mamá con sus vinos, Nica con sus tilas y
yo habitualmente con dulce.
Porque Nica siempre me tiene preparado un
montón de gocheo o sus maravillosas
tartas de queso que me fundo prácticamente en el primer día.
Echo mucho de menos ese tiempo de tres.
Nosotras siempre hemos sido tres.
Así comprendo yo el mundo. Junto a mis
guerreras.
Esto empieza a hacerse difícil. Para
todos.
Mañana Mamá y yo vamos a hacer churros y
bizcocho.
Hoy nos ha dado la receta Nica y hemos
quedado en mandarle foto del resultado.
Nos ha pedido que no nos desanimemos si
no sale a la primera (como nos conoce ya) porque Sandri y yo en la cocina a
veces somos un poco desastre.
Mamá se está liquidando todos los vinos.
A veces discutimos, a veces la
convivencia no es fácil.
La nuestra puede incluso llegar a ser
extremadamente difícil.
Pero también es la mujer de mi vida. La única.
Exactamente igual que Nica.
Tenemos ese cordón umbilical entrelazado
y soy afortunada porque soy consciente de que por las diferentes situaciones
familiares que se dan, pues a veces no es lo habitual.
Pero nosotras, joe, nosotras siempre
seremos tres.
Tengo mucha necesidad de rodear a Nica en
mis brazos.
De comérmela a besos.
De no tener miedo porque esto le pueda
alcanzar, ni tan siquiera rozar.
Pero es una guerrera y estoy tranquila.
Tiene noventa y dos años y la cabeza más
cuerda que la nuestra.
Sigue llena de vida y de historias.
Sigue siendo magia.
Creo que Nica es la única persona en el
mundo que nunca perderá esa magia.
Nica nunca deja de brillar, al menos a
través de mis ojos.
Hace poquito, en una de nuestras llamadas
me dijo algo precioso.
Otra de esas frases que salen de su boca,
así como si nada.
Siempre os lo cuento porque me parece
increíble.
Nos pasamos tres cuartas partes
intentando tener el ingenio suficiente para escribir un poema, un libro, una
canción o para decirle una frase acojonante
a esa persona a la que amamos para que nos siga amando toda la vida o para que
comience a hacerlo y luego…
Luego llega ella, así, de repente, y con
toda la naturalidad del mundo desde el otro lado del teléfono, desde esa
distancia que me gustaría romper para poder tener su mejilla cerca de la mía
y dice:
La vida es un poco como uno quiere que sea.
Tendría infinitas cosas más que añadir.
Infinitas cosas más que contaros de todas
las conversaciones que tengo con ella cada noche.
Pero hoy, quiero dejarlo aquí.
En esta frase.
Espero que todos estéis bien.
Que en la medida de lo posible y aunque
sea como yo, por teléfono, estéis arropando a vuestros más mayores, y
repitiéndoles incansablemente lo fundamentales que son.
Porque lo son.
Jo, como última reflexión, no sé si a
vosotros os pasa, pero esta distancia
autoimpuesta, este lapsus extraño de
la vida y el universo de repente, me están dando una noción de cuánto echo de
menos a algunas personas.
Da que pensar. Creo que todas las sensaciones que estemos teniendo estos días, son muy significativas. Al menos, para mí lo están siendo.
Buenas noches gentecilla,
Cuidaros mucho porfa.
L.
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