HOY, POR SER HOY.
Sabes, empiezo a darme cuenta de que
tengo como tres o cuatro o igual ocho personalidades diferentes en una misma.
Sí, en la mía.
Tan pronto me visto de colores y entro en
modo Gandhi.
Cómo que el noventa por ciento de mi ropa
es negra y mis libros, esos que escuecen. De autoras que escuecen. De mujeres
que llevan la espina dentro y en la tinta.
Y de la misma forma arqueo rápido la ceja
y se acabaron las gilipolleces.
En esta cuarentena he pasado por todas.
Han pasado cosas acojonantes,
acojonantemente buenas quiero decir,
Como que en mi segunda cuenta de
Instagram, sí, hablando de las personalidades viene al caso puesto que en esa
se muestra una segunda faceta mía, tan real como en la “oficial”.
Y en esa, me ha empezado a seguir una de
mis autoras favoritas.
Se llama Irene X y que esa jefaza me siga
ahí, implica que el contenido le mola.
Igual os parece una estupidez, a mi sin
embargo, me ha hecho feliz.
También he descubierto durante esta
cuarentena que me quedan siglos de terapia para solucionar ciertos temas, como
las “repeticiones” que me juego.
Porque si hablamos de amor, me he metido
en malagón.
No, no estoy enamorada, sería ridículo
decir eso porque no llevo ni el tiempo suficiente, ni las aventuras suficientes
ni la convivencia suficiente para eso.
Pero el otro día, mientras _________ se
jalaba tres cangurazos y entrabamos en diversos temas, yo pensaba, ¿enserio
Lucía? Lo has vuelto a hacer, y por todo lo alto.
Quizás somos así los seres humanos, nos
sentimos atraídos irremediablemente, como una fuerza suprema hacía ciertas
cosas, y nos gustan demasiado como para saber o querer cambiarlas tan
fácilmente en el diván.
De esto no quiero hablar aquí, porque
sencillamente, ya no.
¿Más cosas descubiertas?
Pues que los días de bajón suelo repetir
la misma jugada.
Tanga, camiseta sin sujetador, siempre
sin, libros, birras y pitis.
El pelo sin peinar tres días y algo de
raya de ojos por sentirme un poco más guapa,
arreglada, llámalo equis, por lo que sea.
La verdad no creo que sea a la única que
le pasa.
Es solo que durante este tiempo uno tiene
más espacio para observarse y ser consciente de si mismo.
Sinceramente me parece algo bueno.
Darse cuenta de cuántas personas podemos
ser, en cuántas emociones y caracteres podemos desdoblarnos en un mismo cuerpo
bajo un mismo nombre.
Y aceptarlos todos.
Luego he pensado si creéis que es
posible, si sucederá alguna vez aquello de que cuando piensas en alguien, allá
donde esté esa persona, puede ser que en el mismo espacio de tiempo también
este pensando en ti.
Sería la hostia. Sería la hostia tener
los ovarios suficientes para escribirse:
-
Estoy pensando en ti
Y recibir como contestación:
- Yo también
Pero como leí hace poco, C tangana dijo:
“La
vida solo sirve pa´dos cosas
para
enamorarse y para morirse
y os
dan miedo las dos.”
Hoy, he escuchado a tangana bastante con
mi ventana abierta, tirada en el suelo con mis chelas y supongo que por eso
aludo a él.
Mi cabeza últimamente anda bastante
ocupada en cosas productivas, en mi.
Estoy siendo mi prioridad absoluta por
primera vez en mi vida (exceptuamos familia evidentemente).
Me estoy queriendo muchísimo. A mi, a mi
dignidad, a mi feminidad, a mi ser.
Asi que palmadita en la espalda por mi.
Después de eso cuando mi cabeza la ocupan
otras cosas diría que una es ese malagón en el que estoy metiéndome …
Y otra, pues una antigua tormenta.
Inevitablemente, no voy a ser mentirosa porque nunca lo he sido aquí.
Pero aquello que llegó a marcar y ha
durado mucho tiempo no se borra de la noche a la mañana aunque sea lo que en
algún momento tendré que conseguir porque sí.
Tampoco quiero hablar aquí de eso.
Las partes implicadas ya sabemos porqué.
Con respecto a eso te diré que observes
bien esta entrada.
En este caso sabrás que eres tú si
entiendes porque lo digo. Hoy por ser hoy en concreto.
Si lo haces significará dos cosas,
Una, que me estas leyendo. Porque sé que
lo hacías a veces pero no sé si ya lo harás… intento no pensarlo mucho porque
nunca condiciono lo que publico aquí a eso, decido arriesgarme y escribirlo
todo como si no lo hicieses, aunque alguna vez, alguna cosa te salpique.
Y dos, porque significaría que tú también
te acuerdas.
Asi que la última parte de esta entrada,
hoy, por ser hoy, te la dedico.
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