NUNCA DIJISTE "SIEMPRE"
Tú en
mis brazos fue el cuadro más desolador que pinte.
Si mis vicios te obligasen a quererme por
las noches.
Si te
explico esta necesidad de jugar a esconderte para encontrarte por primera vez
siempre.
Yo, que
prendo en llamas mi propia habitación cada madrugada en la que el desconsuelo
se junta con el alcohol.
Amnesia
temporal es el capricho que me concedo ante los golpes recibidos vida.
Indomables
son mis piernas, aunque a veces cedan al deseo de tus sabanas.
Estos
secretos que oculto llevan grabados tu nombre y el tiempo se queja en vano de
que nunca es suficiente.
He
machacado mi costado golpeando en la madera el nombre de mi padre.
He
pedido acuse de recibo por rasgarte el alma tantas veces, madre.
¿No he
tenido acaso, infinita paciencia ante tu cinismo?
¿No es
amarte haberme dejado destruir por tus mareas?
Soy
consciente de que ahogarme siempre fue revolcarme por tu vida, follarme tu
desastre.
Soy la
pena capital, muere por mi.
He
visitado mis lugares más oscuros, viendo a la niña de rosa, meterle ficha a
satán.
Vuelve
a menear la cadera, sé que tienes miedo.
Enciéndeme
el cigarro.
Suplícame
clemencia que aún así no te perdono.
Las
piedras en los bolsillos son un lastre que disfrutas, ¿Quién tiene huevos a
llamarte cobarde?
Acaso
no fui yo quien desprecio primero, por no ser despreciada después.
Acaso
no he pegado con la palma de mi mano la bofetada mas triste a los fantasmas del
pasado.
Tienes
derecho a volver, yo el de no abrirte.
Siento
que esta casa ya no sea nada tuyo, me habito mejor sola.
Prohíbo
tus buenas maneras, implanto mi propia ley.
Soy la
tirana que se corre haciéndote comprender, que entre el amor y el asco, solo
hay centímetros de promesas torcidas y “te necesito” pendientes.
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