CLAUSURA

















A veces revoloteo yo sola por mi cabeza y no llego a ningún sitio.
Siempre que piso sobre un final, echo la vista atrás y no puedo evitar pensar en el poema de José Hierro.
“Después de todo, todo ha sido nada.”



Me ha parecido precioso que E quisiese estar a solas conmigo porque como él dice, lleva con el corazón y las ideas blindadas mucho tiempo y solo ha sentido la necesidad de volver a compartir conmigo.
Y hemos compartido, mucho.
Es solo que a veces, cuando me veo hablando como si yo entendiese de que va esto de vivir, me hace gracia sentir los ojos del otro clavados en mi, con cierta admiración, mientras por dentro pienso:
"Tengo las tiritas a mano pero pareciese que solo supiese ponérselas al resto."




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