KOI NO YOKAN.

 

 


 

 

 

Mañana vuelta a Madrid.

Se acabó este verano taaaan raro, tan corto en parte y tan especial a la vez.

Escribo esto desde el porche de casa, con los pajaritos de fondo y las flores cerca (y sí de verdad es así de idílico)

 

Estos días en la Mancha han sido sumamente bellos.

Echaba infinito de menos a Mamá y a Carlos.

Re encontrarnos ha sido maravilloso. Hemos estado pegados, disfrutando el tiempo juntos hasta más no poder. Zampando un montón y en desconexión total.

 He aprovechado para hacer las cosas que más me gustan.

 

Leer, caminar, escuchar música, estudiar también claro, una actriz nunca puede dejar a sus personajes abandonados jajaj…

También he hecho algo que me encanta hacer retozarme con Mamá como croquetas y darnos infinitos mimos.

Esto último no está del todo bien por lo del puñetero virus pero ella y yo no lo podemos controlar.

Ayer se pudo un poco malita (hoy ya esta bien, no era nada) y yo, a pesar de que no se debe porque siempre entra la paranoia un poco de que si el covid me metí en la camita con ella, le hice la cucharita y carantoñas y la hice reír durante horas seguidas hasta que se pudo dormir de mi manita.

 

No quería que lo hiciese porque le daba un poco de miedo que fuese el virus pero le dije, que cuando yo estoy malita ella está siempre ahí, y no iba a ser menos ahora.

La hice reir tanto y le di tantos mimos que se olvidó de que le dolía la panzita y pudo dormir agustito y hoy ha amanecido fenomenal.

 

Al final, lo que quiero decir contando esto, es que durante estos cuatro días express que hemos pasado juntos, hemos aprovechado todo el mes separados para darnos mucho amor.

 

Ahora empieza un Septiembre muy diferente.

Parece como si todo hubiese cambiado de repente sin saber muy bien cómo o cuándo.

La vida es aquello que sucede mientras haces otros planes, dicen. Y cuánta razón.

 

De repente me veo yéndome sola a Madrid (bueno, mañana, hoy todavía me quedan unas horitas de disfrute con ellos.)

Pero me voy sola y voy a vivir todo un mes solita en Madrid.

También llega una visita inesperada. La novia del hijo de unos muy muy buenos amigos de mi madre.

Son una familia Irlandesa con la que mi madre vivió cuando estudió allí.

Y, como es propio de mi madre, allí dónde va planta una semilla y hace que la gente no la olvide. Ni ella olvida.

Mi madre tiene grandes amistades esparcidas por el mundo. Las tiene, ojo, porque mi madre se entrega a fondo. Eso siempre me lo ha enseñado.

Ella espera mucho de las personas porque también da, da muchísimo.

Y esa lección la tengo grabada a fuego.

La cuestión es que esta chica de unos 22 años se viene a Madrid a estudiar, y como es la novia del hijo de esta familia a la que mi madre tanto quiere y con la que nunca ha dejado de mantener contacto (la semana santa en la que todo se chapo porque el covid llego, nosotros íbamos a ir allí, a Irlanda a pasar con ellos esos días) pues ahora va a estar en mi casa hasta que encuentre su propio pisito con más estudiantes esta chica.

La voy a recibir yo, y va a estar viviendo conmigo hasta que encuentre su propia casita.

Asique oye, ni tan mal, una compi de piso con la que practicar inglés y a la que enseñarle mi Madrid. La voy a cuidar un montón.

 

Pero, joder, se me hace rarísimo pensar que Septiembre se presenta viviendo sola, con una compi de piso que estará algunas semanas y luego completamente independiente yo, en mi casita.

También estoy empezando a mirar mi propio apartamento y eso ¡Me hace una ilusión infinita!

Mamá y Carlos se encargarían de ayudarme el primer año y luego la idea es que ya pueda mantenerme yo, por algo lo de “independizarme”.

 

Aún, mientras lo escribo no me lo creo. Se va materializando este deseo de encontrar un lugar para mi, donde comenzar. No el definitivo claro, tan solo donde comenzar.

Estoy mirando apartamentos pequeñitos, no quiero gran cosa, quiero algo acogedor y con muchísima luz, eso es fundamental.

A medida que avance en la búsqueda os ire contando porque ahora acabo de empezar.

Pero, cuánto llevo escribiendo sobre esto y ahora, por fin, ya he hablado con Sandrita y carlos, y ellos consideran que estoy en el mejor momento de mi vida, en cuanto a mi se refiere. A solida y madura. Es verdad, que muchas cosas en mi han cambiado. Uno no sabe exactamente cuando empieza ese cambio, pero en un momento dado se va consolidando y el hecho de que los demás ya lo vean, significa que es real.

Mamá y Carlos lo han visto y por eso, me han dado el visto bueno.

 

-       Adelante, Comienza la búsqueda.

 

Respecto a mi apartamento, ya os iré contando.

 

Tengo un poco de miedo. Claro. Es un panorama diferente ya el simple hecho de irme sola a trabajar en mis proyectos de teatro y vivir sola aunque sea en mi propia casa.

A mi me da mucho miedo dormir sola, soy una tía muy valiente y también muy miedica para algunas cosas.

Cosas como esa, dormir sola. No me gusta.

En una casita pequeña no tengo problema, pero la mía de Madrid me asusta un poco.

Pero también es cierto que como todo lo que me ha ido pasando en la vida, siempre termino por afrontarlo.

No iba a ser menos con mis miedos.

Asique entre la ilusión con la que siempre se abarcan nuevos comienzos y con los miedos propios también de los nuevos comienzos, mañana partiré a Madrid para empezar mis ensayos y la creación de la obra que estreno en Oct.

 

A veces pienso en Y.

No sé si os acordais, Y es la letra que le concedí a la primera persona después de X de la que de verdad sentí necesidad de hablar.

No pienso todos los días ni ocupa mi cabeza enormemente.

La ocupó, y luego, por como se dieron las cosas, tampoco me complique mucho la existencia. En general soy un poco más Sabinera con los hombres de lo que me imaginaba.

Una vez, X me dijo eso. Pensé que estaba equivocadísimo.

Claro, desde luego Sabinera con él no he sido en mi vida… en todo caso como para haberle compuesto “Contigo” de Joaquín Sabina o algo así… (ya me vuelve la risa)

Pero desde que me lo dijo he reparado más en mi comportamiento y joder, es verdad.

L me dijo un día, “Es que el pobre me dice que pasas mucho, que eres muy independiente y muy sudona del móvil”

Y esto no se lo ha dicho solo uno sobre mi, sino unos cuántos y claro, me reí.

Me reí porque me di cuenta de que es verdad, quizás he sido un poco ave de paso, porque me ha pasado siempre aquello de que si no me hacen perder la cabeza (y eso no es algo que se pueda decidir) pues no me complico en exceso.

Jamás he sido mala. No intencionadamente, pero sí bastante independiente y eso lo agradezco. Tal vez, he pecado de ser demasiado independiente y de dejar entrar menos de lo que debería cuando llaman a mi puerta si no sentía que me ponían el mundo del revés.

Y puede, que eso sea un concepto equivocado de la pasión y del amor.

Actualmente estoy permitiéndome cambiarlo un poco, aunque debo esforzarme, pero creo que ahora, que estoy teniendo bastantes llamadas a mi puerta, voy a ser mejor anfitriona y permitirme conocer.

Tal vez, el mundo al revés no es inmediato. Tal vez el orden es distinto.

Tal vez no hay que pretender que primero sea el huracán y luego la puerta.

A lo mejor, tengo que abrir mi puerta, compartir varias cervezas, planes y charlas para empezar a sentir el huracán.

 

Todo esto solo son teorías. Aún no lo sé.

Solo sé, que empiezo a darme y dar otras oportunidades, desde otros puntos de vista.

Vale, me he ido por las ramas. Como siempre, leñe.

 

Todo esto era para hablar de Y.

He vuelto a pensar en él estos días porque uno, se ha hecho notar.

No voy a entrar en detalles, desde hace un tiempo largo ya, no me gusta hacerlo por aquí.

Pero se ha hecho notar de nuevo.

Y digamos que lo nuestro se quedo un poco abrupto, en el aire y con una sensación de – si nos re encontramos, esto seguro, no está cerrado.

 

Putas historias que no acaban bien o acaban de forma abrupta. Son las peores porque uno nunca sabe realmente si volverán a empezar.

Porque la espinita se queda y todo podría volar por los aires de nuevo en un re encuentro… puñeteras…

 

Con Y tengo un poco esa sensación.

 

Por otro lado, ahora tengo mil cosas en esos temas del corazón abiertas, y como os he dicho, no pretendo dar detalles pero si oportunidades.

No sé que pasará en Sept, pero sí sé que voy a intentar calmar a la sabina que corre por mi sangre para investigar esto de abrir la puerta primero y no esperar siempre el huracán.

También tengo igual de claro que nunca me conformaré.

Eso soy incapaz de hacerlo.

 

“Pretender no sufrir en el amor es como aprenderse un guión vacío” y para mi, el conformismo es lo mismo.

 

Si me estoy quedando porque es fácil, entonces yo no me quedaré.

Pretendo quedarme y hacerlo fácil juntos. Eso, es otra cosa.

 

No sé que pasará con Y. No tengo ni idea porque igual ni si quiera nos volvemos a ver, pero él purula de vez en cuando y se cerciora de hacérmelo saber, y yo… por un lado con Y siempre pensé que estaba repitiendo y me da cierto miedo.

Por otro lado, Y, es Y, probablemente porque tenía unas características que suelen ser mi debilidad y no hablo de físico y eso tampoco quiero pelearlo.

No voy a hacerme daño a mi misma nunca más, eso lo tengo más que claro, pero tampoco voy a empezar a huir de lo que me gusta.

Porque me gusta y punto. Y tendré que asumir que hay algunas cosas en las formas de ser de las personas que me atraen irremediablemente…

 

Respecto a otros que no tienen letra porque darle una letra ficticia a alguien, eso solo lo consiguió X y bueno, Y, aunque como todo se quedo un poco raro, por supuesto sobra decir que ni de lejos consiguió tener el peso que X, pero letras solo dos.

Asique respecto a los demás, let it be. Ahora mismo estoy en un punto donde no priorizo esto la verdad.

He llegado a ese lugar donde me apetece mucho más ver, que va a pasar conmigo y joder, descubrirme aún más, porque me estoy gustando y creo que me queda mucho por conocer de mi, y me apetece.

Tengo la cabecita puesta en mi apartamento, en mi teatro, en disfrutar y luego ya, de la mano, y con calma y siempre desde una posición en la que sienta que me estoy cuidando, voy a dejar mi puerta abierta a estas nuevas opciones que han ido surgiendo a lo largo de la cuarentena y del verano y bueno… pintan muy bien, y sobretodo, voy sin prisa y sin pretensiones.

 

Será lo que tenga que ser…

 

X parece una historia que se acaba.

¿me da pena? Mucha. Nada salió como pensé cuando me cruce con él hace ya siete años.

Cuando le recuerdo, siempre le mando kilos de besos de nariz. Yo me entiendo.

Y pienso que será feliz. Y eso a mi también me pone feliz.

¿Dolida? Claro, con él muchísimo. Pero yo siempre querré que sea feliz.

Una cosa no quita la otra.

No olvidemos lo que decía Lana del rey.

“Cuando la felicidad del otro es tu felicidad, eso es amor”.

Y yo a X le amé hasta reventar.

 

Ahora se me hace raro escribir de él como si fuésemos pasado.

Bueno, yo para él no sé ni lo que soy. Tal vez un recuerdo vago, o tal vez ni si quiera soy recuerdo.

Pero aún así hablar de él en pasado se me hace tan raro.

Nunca pensé que nosotros lo que sea que fuese “nosotros” caducase a los siete años.

Pero en realidad, por mi parte no caducó.

Sencillamente, tenía que cerrar tras siete años comportándose como lo hacía y yo, con esta mala costumbre de quererle igual y a pesar de.

Pero sobretodo, con esta mala costumbre de estar toda la vida.

Hasta que supongo, en parte por este crecimiento tanto físico y literal como interno y de madurez, me di cuenta que toda la vida no existía si no formabas parte de los planes del otro.

 

Supongo que a mis lectores os dará cierta paz saber que las aventuras con X llegaron a su fin.

Ahora él las vive con otra persona y yo, tengo unas cuantas con las que empezar a vivirla y una Y por ahí bastante puñetera que ha sido la primera en poder quitarle un poquito de terreno a X….

Y supongo que esto os aliviara porque pensareis,

 

“sí hija, sí, que al pobre X le tienes desgastado el nombre”

Por eso le puse la X, que os creéis. No me importaría desgastarle el nombre pero nunca querría que se agotasen sus ojos tristes, ni sus manos, ni su olor… eso, que se quede siempre.

Pero tranquilos, el libro al final, parece que termina.

 

Y bueno, pues entre está aventura nueva de vivir sola y buscar piso,

Mi obra de teatro y demás proyectos que ya os contaré,

Y los diversos planes que tengo con diversas personas en este pequeño experimento personal de ver si verdaderamente el huracán puede llegar después de abrir la puerta y no al revés…. Agosto da paso a Septiembre y yo, lo recibo ilusionada.

 

Ahora voy a disfrutar lo que me queda de S y de C.

A tomar mucho vino, a pegarnos un paseo de narices, a hablar mucho y a zampar un cenorrio maravilloso que nos va a preparar Conchita…

 

Antes de irme quiero dejar por aquí algunas fotos de estos días que me gustan.

Y sobretodo, un extracto de Bukowski que he leído hoy y me ha erizado la piel.

Esa tendencia mía de ver el amor en lo menos bonito tal vez pero sin embargo en lo más visceralmente sincero.

Pues un poco eso, es este extracto.

Os diría que igual que ese “amar significa no tener que decir nunca lo siento.”

O, esa canción, “Brujita” de nacho o

O aquel “Seré muy breve, te extraño y esto duele” también de Nacho,

 

-       formas muy sencillas, al fin y al cabo, de transmitirle a alguien un:

Te quiero, joder” –  y que a mi siempre me han parecido las más bellas, pues está de Bukowski es un poco eso.

 

Y ya sabéis, que yo siempre os cuento cuando me topo con alguna frase así, que si me escribirían alguna vez algo de ese estilo, para mi, sería la mejor declaración de amor.

Sin cursiladas ni excesivas muestras.

Solo una absoluta y rotunda sinceridad visceral, aunque este impregnada de dolor.

 

Os la dejo por aquí, porque se me ha encogido el corazón al leerla.

 

Nos leemos compis, nos leemos.

 

L.

 

PD: Jo, tengo ya un montón de nuevas palabras para mi diccionario de palabras especiales.

Os dejo otra más por aquí, hasta que haga una entrada con todas ellas.

 

KOI NO YOKAN : Es japonesa. Y alude al sentimiento que tienes cuando conoces a alguien y sabes que te vas a enamorar perdida e irremediablemente de esa persona.

 

 


 

 



 

 

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