CON AMOR Y ABSURDIDAD.

"Bueno, esto no puede ser más que otro adiós,
pero antes quisiera pedirte un pequeño favor.
Si tienes un rato allí, ¿me querrás enviar
algo impregnado en tu olor, desde el frente con amor y
con absurdidad?" - Nacho Vegas.




Un mensaje en el buzón de voz que dice: "Lucía".
Las espinas de dos rosas en el rellano de la puerta.
Esa fue tu despedida.
Desgarbada figura de ausencia, cobrador de impuestos por no quererte suficiente, silueta de "lo que te has perdido chata".
La maleta cargada de memorias pesa el triple que los arrepentimientos vanos, o tardíos, aunque quisiera que sepas que ambos valen lo mismo: nada.
Luego barro las excusas, ya sabes, algo parecido a encontrar motivos y darles la vuelta. Pero, nunca hemos estado libres de culpa ni esta casa de polvo.
"Agárrate las alas vida mía, por si alguna vez me cortan."
Joder, nuestra gata a la que no quise poner nombre se ha perdido y no puedo llamarla.
No, claro que no voy a contártelo, tendría que reconocer que tuviste razón; es necesario estipular la propiedad de las cosas - a veces.
¿Aceptas mis disculpas por no saber hacerlo con nosotros tampoco?, Da igual, dirás que antes debería reconocerme mía, y eso bien sabes que se me da mal.
Supongo que has empezado ya el peregrinaje a otros brazos, ahora que te quiero menos que mañana.
Estoy riendo en alto, sí, ¿Te gustaba mi sonrisa?
Me descojono de esta imprudente cobardía mía por un caballero con tan poca armadura como tú.
Tranquilízate.
No voy a pedirte que des la vuelta, pero me conozco tu espalda de memoria.
Y, ahora este silencio me lo regalas.
Y, antes yo pagaba con poemas tenerte tumbado en mi cama.
La única verdad es que no soy eterna, esta carta tampoco.
Pero,
He vuelto a escuchar el mensaje de voz: "Lucía".
Y creo que no volveré a ser capaz de responder a mi nombre.