CON TU CULO DE BANDERA.



Quiero inundarme las venas
con las luces azuladas
de esta puta madrugada.

Quiero partirme la cara
y tus curvas indecentes
masticar entre mis dientes.

Quiero enredarme en tu pelo.

Quiero ahogarme en tus ojos
y que tus labios me sellen
la rotura de mis huesos.

Quiero que quieras quererme
aunque me deje el aliento
en otra cama indecente.

Gritando entre la maraña
dame jodidas señales
que tus manos son puñales.

Quiero morderte el sentido
jugando a ser un cualquiera
con tu culo de bandera.

Soy un borracho demente
que vonita si te pierde
entre luces de alquitrán

No sigo ni orden ni ley
pero te juro mi vida
que por ti daría la mia.

Gritando entre la maraña
dame jodidas señales
que tus manos son puñales.

Quiero reventar tus miedos
cuando me miras con ganas
sabiendo que entre tú y yo
no puede pasar ya nada.






La vida a veces puede ser un tanto puñetera.
Sí, quiero decir, que no sé si es verdad lo del destino pero a veces se encarga de jugarnos bromas de mal gusto.
Como la de hoy.
He ido a parar con conversaciones nuestras de hace siglos.
Siglos.
Y están enteras, completas. De miles de días seguidos, una detrás de otra en orden.
Habrías alucinado. Tanto como yo.

Y la curiosidad, la memoria, o una combinación de muchas más cosas suelen jugarnos una segunda mala pasada y en vez de huir.
De cerrarlas. De incluso borrarlas.
He caído en la tentación de leerlas.

Si te contase que me ha llevado toda la mañana ¿qué me dirías?
¿Te haces una idea de lo largas que son?
¿Cómo puede aparecer eso de repente en un disco duro?
Como de archivo en archivo puedes acabar llegando a algo de lo que ni siquiera te acordabas de tener.
Obviamente lo tengo porque alguna vez decidí guardarlo…
En qué momento.

Se me han removido cosas.
Me jode reconocer que he sonreído en todo.
Incluso en las broncas.
Teníamos conversaciones para todo.
Desde primera hora de la mañana de resaca, con videos que nos hacían descojonarnos, hasta contándonos qué exámenes teníamos, qué paginas estudiábamos, le poníamos motes a profesores, nos mandábamos letras de canciones, escribíamos juntos incluso a distancia…
Entre medias de una conversación también nos llamábamos.
De repente uno soltaba: espera llamo
Y luego seguíamos online.

En otras empezamos el día desde pronto por la mañana y nos contamos incluso lo que estamos comiendo, siempre maquinamos un plan que va adoptando forma hasta que apareces tú avisándome de que baje que ya estas llegando a recogerme.
Para ese momento ya es de noche.

Me has pedido chistes en grabación de voz y te he dado consejos sobre vestimenta.
Me has aconsejado que Nike comprarme.
Joder, pensaba que solo habíamos ido una vez de compras y hemos ido veinte mil, pero por whatsapp…

Te he llamado de todo, me has cogido el teléfono después de reventarte el móvil a párrafos e insultos, has vuelto a por mi, nos hemos reconciliado en cuestión de segundos… Y lo peor, es que leídas ahora, con tanto tiempo de margen, con tantos años de distancia, son hasta tiernas.
Y como me joden.
De alguna forma mis insultos acaban resultando jodidamente dulces y tus bombas de humo también.
Éramos dos putos críos.

Si vieras lo surrealista que resulta, leídas, ver como nos soltábamos indirectas extrañas, como hablábamos con la confianza de una pareja, incluso ligábamos, diciéndonos todo el rato, lo guapo o sexi que estábamos en tal o tal foto, mientras a la vez tú me contabas con quién habías quedado esa tarde y yo te mandaba pantallazo de mi nuevo ligue… nos dábamos una palmadita en la espalda mutuamente, “que mejores amigos tan molones” y luego ambos dejábamos a nuestras citas a la mitad para quedar juntos…

Y todo eso, se ve en las conversaciones.
Ha sido tan jodidamente surrealista ver como uno le decía al otro:
“He quedado a tal hora con mi ligue. Lo despacho en tres y te recojo a tal”
y el otro:
“Yo quedo de tal a tal hora. Alárgalo media hora y me recoges.”

Y después de cinco horas, se lee: “Estoy yendo a por ti”
“Bajo.”

Y pienso: ¿éramos gilipollas? ¿Lo hacíamos aposta? ¿qué problema teníamos?

Confieso que me habría gustado tenerte cerca leyéndolo porque la putada de esta relación es que como dice la canción:

Te conozco tantísimo que sé cómo habría sido tu cara. Y sé como habría sido la de ambos.
Y sé que al final, nos hubiésemos sonreído. Mucho.

A veces me gustaría poder contarte estas cosas cuando me pasan.
Llevaba mucho sin suceder. Toparme con algo tuyo.
Supongo que al madurar los dos, habremos llegado a ese punto de saber cortar por lo sano por fin. Quizás nuestras despedidas cada día han sido más reales.
Más verdad.

Pero joder X, como habrías flipado con lo que me he encontrado hoy.
Como nos he recordado.
Me parece tan lejano. Nos siento tan pequeños.
Y me da la sensación de leerlo y pensar:

Lo hemos hecho fatal.

Y lo hemos hecho fatal por todo lo bien que lo hemos hecho a la vez ¿tú me entiendes? Sin leerlas no podrías entenderme creo. Hablo de la complicidad.
Se palpa algo en cada una de las conversaciones que no es siquiera confianza.
Va más allá. Se nos ven las mentiras a la legua.
Se nos ve cuando yo estaba jodida mientras te aconsejaba como vestirte para ver a otra.
Y siento decirte pirata, que se te ve como te jodía cuando empezaba alguna historia y por fin tal vez podía dejarte atrás.
Pero no lo hacía.

Tendrías que leerlas para entenderme creo.
Pero joder, pienso que hubieses alucinado tanto como yo.

Cuando hecho la vista atrás a estas cosas, me doy cuenta de que hace tiempo escribí que no teníamos canción y mucho menos historia.

Y ahora, me doy cuenta de que tenemos demasiadas canciones y una en concreto.
Y de que tenemos la historia más rara del mundo.
Y justo por eso es una historia.

Se me ha pasado por la cabeza la idea de escribirte para enseñártelo o para contártelo por encima, con la ternura que me ha producido y preguntarte si querías que te lo enviase para que en algún momento, cuando estés solo, quizás quieras tú también volver a ver a esos dos críos.
Y luego, he puesto los pies en la tierra.
He recordado la última vez que nos vimos en el retiro.
He recordado con quién estás y con quién has elegido estar.
Y he recordado todo por lo que yo ya nunca estaré.

Por eso se lo cuento al papel, y dejo que se evapore en el aire…

Hemos estado seis o siete años el uno en la vida del otro y a medida que aceptamos el final sin buscarnos ya, pienso en lo raro que será cuando pase el doble de tiempo del que llevamos conociéndonos sin saber nada el uno del otro, cuando volvamos a ser las dos personas que éramos antes de aquella noche en el parque donde nos conocimos, es decir cuando volvamos a ser dos extraños por completo y un día como hoy, por absoluta casualidad me tope con algo como esto.
O a lo mejor te ocurre a ti.
Un video mío tonto, algún poema, alguna grabación llamándote de todo mientras el subtexto era “Puedes atreverte a amarme de una vez capullo?”

Y entonces, ¿cómo reaccionaremos? ¿Sonreiremos con la ternura de dos personas que se quisieron? ¿de dos personas que llegaron a conocerse casi por completo? ¿De dos mentirosos muchas veces?

¿Cómo reaccionaremos si alguna vez un recuerdo se cuela por sorpresa cuando ya solo seamos historia?




Me sentó en un precipicio
con una birra en la mano
y el corazón estallado.

Me miró con miedo y triste
sabiendo que entre ella y yo
solo valdría un adiós.

Soy un chuco malherido
presa de vicios y juergas
condenado a un vacío
que solo sus besos llenan.

Camino por el asfalto
con chupas de cuero viejo
fijándome en cada rubia
que va mirando hacía el suelo.

No te enamores de mi
Quise advertirle al principio
soy mendigo de otros ojos
y despojo de recuerdos

Quiero lo que no tengo
y enveno lo que anhelo
Aléjate cuanto antes
que después habrá lamento

Me pegaron un balazo
que me rozo el pecho izquierdo
Soy inmortal desde entonces
pero me mato por dentro.

Ella era whiskey barato
y yo soy a palo seco
siento decirte uñeca
que no me gustan las mezclas.

No te enamores de mi
quise advertirle al principio
Soy mendigo de otros ojos
y despojo de recuerdos.

Se fue tal y como llegó
con el pelo enmarañado
y un roto en el pantalón

Tengo las manos deshechas 
y el cenicero estallado

No vuelvas nunca princesa
Aunque aquí yo este esperando.


También me he encontrado con dos letras de canciones que te escribí.
Forman parte de las conversaciones.
Salen tus contestaciones, las mías... salen tantas cosas.
Y quizas con esto lo entiendas, cuando digo, que dos par de crios, escondidos siempre tras los trazos de poemas y canciones.
Porque supongo que una chica, delante de un chico, escribiendo esto.
Y un chico delante de una chica pidiendole más canciones a las que luego poner voz..
sabían perfectamente lo que se leía entre lineas. Por ambas partes.

Que ternura al final, que tierno...creo. 




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