LUZ DE LUNA.
Esta noche he descubierto un nuevo rincón
de mi casa.
No sé si conocéis esa sensación. La de
hacer de un espacio, que has visto infinitas veces y sin embargo nunca le has
dado un uso especialmente significativo, hasta que se lo das.
Y te descubres en él.
Hoy me ha pasado.
Mamá y Charlie querían ver peli, como de
costumbre, es una rutina que nos encanta.
Pero a mi no me apetecía hoy.
Entonces he improvisado algo nuevo.
He abierto las ventanas de uno de los
salones, tenía en primer plano la luna.
Lo juro, no es por hacerlo idílico,
prometo que se veía perfectamente.
Y la luz de las farolas. A mi siempre me
ha encantado la luz anaranjada de las farolas de noche.
Desde que viajaba en coche pequeñita y
observaba esas luces alumbrarlo todo e imaginaba historias con ellas mientras
las divisaba en el horizonte.
La luz de las farolas de madrugada me da
una extraña sensación de cobijo.
Podía oler la calle. Y me llegaba ese
olor a mojado del riego en el retiro.
Podía ver el cielo.
He apoyado mis pies descalzos en el
alfeizar de la ventana y básicamente me he puesto a dibujar.
Casi a ciegas.
Os prometo que cuando digo que he
dibujado con la luz de la luna y la del ordenador (me he puesto Ben L´Oncle con
los cascos… para los que no le conozcáis, estáis tardando…) es literal.
Asique prácticamente a ciegas me he
puesto a improvisar y sinceramente aunque no lo he podido terminar me parece
que ha quedado algo chulo.
Algo chulo partiendo de la base de que no
tengo ni idea de pintar claro…
Lo que os vengo a contar es que ha sido
una sensación brutal.
Sentir próximos a Charlie y mamá en el
otro salón con su peli en blanco y negro,
Observar la luna de cerca,
Notar la brisa de la noche acariciándome
los pies,
La música invadiendo mis oídos aislándome
de cualquier otro ruido,
No pensar en absolutamente nada. Nada, de
verdad. Excepto en la sensación.
En la paz. Estaba absolutamente en paz,
al cien por cien.
Nada irrumpía en mi cabeza, ha sido, de
verdad, uno de los momentos más sinceros conmigo misma en mucho tiempo o casi
en la vida.
Estaba absorta, únicamente disfrutando de
los trazos casi a tientas sobre el papel.
Solo he tenido un pensamiento y ha sido
más bien una sensación.
He pensado en Papá. Y le he notado cerca.
Junto a la luna en su segunda estrella a
la derecha. (De hecho le he hecho un homenaje en el dibujo)
Pero ha sido muy gratificante notarle
próximo, cerquita de mi.
Como si desde mi ventana, mientras la
luna lo ilumina todo, la segunda estrella a la derecha estuviese directamente
de frente a mi, acompañándome en ese momento mientras dibujo y dejo que el aire
refresque mis mejillas.
Me invadía esa sensación de verano.
De noche de verano, con la brisa y la
calidez propias de estas fechas.
Mamá me ha dicho que me nota cambiada.
Cambiada para bien.
Que no sabe lo que es pero me ve
diferente.
Mi psicóloga también ha dicho algo
parecido. Concretamente: “Hablas desde otro lugar. Estas en un punto diferente
contigo misma y cada día es un punto más maravilloso”.
Yo la verdad no lo sé.
Noto cambios. Los noto.
Pero tampoco sé con claridad cuáles son.
Lo que sí sé es que me siento bien (hay
días y días claro) pero a pesar de las mil cosas, que las hay, os lo puedo
garantizar (bien sabéis que odio los mundos tipo Mr Wonderfull ) pero es cierto
que las encajo de otra forma.
Encuentro la felicidad y me relaciono con
ella de una forma distinta.
No sé si la felicidad (quizás eso es
venirme muy arriba) pero la paz.
Probablemente tenga más que ver con la
paz.
Una paz interior…una calma… Dicen que eso
es la conexión con uno mismo.
Cuando uno se acerca a su eje. A su
centro. Y lo aprecia.
Muchos de los que me leáis diréis, juuuuder se ha puesto modo Gandhi …
Puede ser. O puede que como nunca he
podido disfrutar de algo parecido y por tanto no sé bien lo que es, pues
tampoco sé explicarlo mejor.
Pero sea lo que sea es algo maravilloso y
me sorprendo a mi misma disfrutando de momentos mágicos como el de esta noche,
en mi rinconcito con vistas a la luna, perdida en mi dibujo, notando a papá
cerca, con una música que lo penetraba todo y la brisa del aire que me
acariciaba.
Ya le he confirmado a mamá que si antes
ya sabía que quería una pequeña terraza o al menos un balcón, después de hoy,
ya no me cabe ninguna duda.
En realidad esta es una frase rara que se
utiliza mucho cuando se escribe pero es que realmente antes tampoco dudaba de
quererlo.
La única diferencia es que no había
vivido un momento tan mágico en un balcón improvisado por mi.
Quizás por eso ha sido especial, porque
he sido yo quién he creado de una ventana sin mayor uso aparente mi propio
balcón…
Bueno da igual… la cuestión es que me he
visto igual, de la misma forma pero en mi casita, con un gatito y muchos
vinilos. En vez de los cascos, vinilos.
Y las mismas vistas.
Con eso quiero decir que me conformo con
poder ver el cielo, algunas luces de farolas y la luna.
Me basta. Por supuesto que me basta.
Creo que a esta entrada la llamaré “Luz de luna”.
¿no os pasa que hay palabras o frases o
nombres que leídos en alto os resultan preciosos? Especialmente bonitos. Más
que el resto de cosas.
Que os lo decía varias veces solo para
volver a escuchar el sonido de esas palabras.
A mi me pasa muchas veces y “Luz de luna”
es una de esas veces.
Aunque para muchos todo esto os resulte
ridículo,
Yo, tengo la sensación de haber vivido un
pequeño momento, que no sé cuánto ha durado ni me importa. Realmente ha durado
aprox, lo que dura una peli (la que veían mamá y Carlos) y sea lo que sea que
fuese ese tiempo, porque no he mirado el reloj ni una vez, para mi, ha sido un
momento especial y mágico.
Buenas noches gentes desconocidas,
Ojalá hayáis mirado a la luna hoy, así
habremos estado más cerca de lo que pensamos… como mola
Aquí os dejo una de las súper canciones
que me he puesto y el resultado final (aunque no he podido acabarlo) de cómo ha
quedado mi dibujo a ciegas.
Felices Sueños.
L.
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