MIDORI.
Acaba exactamente como tenía que acabar.
Él, perdido en alguna parte llamando a
Midori.
Lo demás se queda a la imaginación del
lector.
Pero acabas entendiendo que se puede amar
a dos personas. Por supuesto.
Que el corazón guarda baules con las
personas y las vivencias que esas personas supusieron, en compartimentos
diferenciados y especiales.
Pero en un momento dado, hay que tomar
una decisión y elegir sin que eso excluya los recuerdos o las vivencias pero
comprometido con la decisión de seguir mirando hacia delante con una persona.
Que manera de hablar de las relaciones
tan, tan, tan jodidamente real.
Me ha dado mucha pena Naoko, porque
también me caía muy bien.
Pero es que os prometo que Midori y yo
eramos tan parecidas. Hubiese sido mi amiga.
Me he visto tan reflejada en su forma de
ser. Me la llevaré siempre conmigo.
Esto es lo que me enamora de los libros.
Conoces a personas nuevas. Que no existen como tal, Midori y yo nunca nos
conoceremos, pero no hace falta, Midori tenía tantas partes mías que ya la
conozco.
Y me la quedaré conmigo siempre, igual
que hice con Holden o con la señora Dalloway.
Mirad, siento destriparos el libro, pero
si elegís leerme, es lo que toca.
En vez de tratar de explicároslo prefiero
dejaros aquí fragmentos.
Watanabe siempre amará a Naoko, pero es
que también se enamora de Midori.
Y guardando siempre a Naoko en su corazón,
vuelve a la vida con Midori y decide emprender el camino con ella.
Sin cursiladas. Sin una declaración de
amor absoluta.
Me parece un final perfecto, al menos a
mi me bastaría así, sencillo.
Sencillo pero real:
“me encontraba en medio de ninguna parte llamando a
Midori.”
Sé que soy una romántica empedernida pero
esa es una de las cosas que más me gustan de mi. Nunca será posible que pierda
la fe en algo como el amor.
Papá de dijo en su última cara que el amor
es lo que nos mantiene vivos.
Y así será.
Prácticamente todas las imágenes que os dejo por aquí son conversaciones entre Watanabe y Midori, o cartas que ella le escribe cuando está cabreada (tiene una forma tan parecida a mi en sus cabreos... de verdad he sentido a este personaje tan cercano a mi en todo. En su forma de ser, de preguntar, de emborracharse, de compartir el tiempo, de hablar, de sentir y de amar. De SER. joder. Ya la estoy echando de menos y acabo de terminarlo.) También son reflexiones de Watanabe sobre ella, mientras tiene su cabeza dividida entre la amistad que los une y su amor por Naoko, reflexiones sobre la vida y la muerte, sobre el amor.
Y enserio, las conversaciones entre ellos. Esas son magicas. Porque os dareis cuenta de que son muy sencillas. Y es en esa sencillez, sin decirse grandes frases de amor, dónde reside todo ese amor.
Son en los momentos más sencillos compartiendo cama o barra de bar con otra persona mientras conversas, dónde te das cuenta de las cosas.
Disfrutadlo.
L.
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