HABITACIONES SEPARADAS



"Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad" - Ismael Serrano.





 



Las habitaciones separadas de García Montero.
El Domingo de resurrección escapando por la puerta de atrás de la chica de ayer.
Las bodas de sangre de Federico.
Porque yo también era “una mujer llena de llagas por dentro y por fuera” y tú un “río oscuro lleno de ramas” con las que me corté por voluntad propia.
Bukowski y ese homenaje a una gran mujer.
Me mató lo de saber demasiado.
No conseguí que me llamases Jane y esa verdad acabó conmigo.
Javier Egea y el caballo de ojos negros.
Yo no me fui, pero alguna vez pensé que contigo llegaría al mar.
El “Aunque tu no lo sepas” de Urquijo.
Fue la frase final de aquel “Te quiero.”
El tigre de Marwan.
Que se comió mi cabeza indecisa entre el cuerpo que amaba o el que me hacía arder.
La princesa de Sabina.
Dibujó rubia  y yo la quería morena.
Marea.
Te pedí que durmieses conmigo en cualquier pedregoso camino.
Alejandra Pizarnik y su pájaro.
Me quede con la jaula.
Nacho reanudó las hostilidades.
Entre botellas fue más fácil morir que matar.
Belén Gopegui me mostró su mapa.
“Lo peor de los escapistas es que nunca se escapan de verdad” y así comprendí que habiéndote hecho destino nunca terminaría el viaje.
Neruda.
Tu primavera sí se detuvo en mis ojos.
Perdóname, no se dejar de llorar.
Ernesto Sábato.
Entre héroes y tumbas volví al lugar testigo de un instante de perfección y claro que fue siniestro. Siniestro suicidarme así.
Benedetti.
Capturaste mi esencia en un solo verso: “Todos queremos lo que no se puede tener. Somos fanáticos de lo prohibido.”
James Dean.
Regalaré mi corazón a cualquier canalla que se abrigue con chupa roja, porque ese será el día de mi muerte y tu decías que debemos vivir deprisa y dejar un bonito cadáver.
Sin embargo, todos los rebeldes a los que intenté amar tenían causa y yo los quería sin ella.
Blanche.
Prometo no montar en tranvías llamados deseo, aunque soy demasiado mentirosa para cumplirlo.
Chávela Vargas.
Llorando el día que Frida se rompió la columna.
Diego borracho en el bar.
“La mujer del último trago” escribió un poema y se perdió.
Salinas.
El dolor será la prueba de que él existió y me aferro a ti para contarlo.
Elvira.
La vida me colocó a “la misma distancia de huir o quedarme para siempre” mientras me abrazaba fuerte para quedarme conmigo y alzar la voz ante esos ojos, despidiéndome.
Angélica.
Me contaste que “al principio no se besaba, se mordía” y me miré el pecho.
Ahora entiendo porque sangro.
Kamikaze me detoné gritando “anfaegtelse”, la guerra fue amar.
Barrie.
Cuéntame porque Peter Pan nunca buscó su sombra en mi habitación.
Tantas noches dejando la ventana abierta y nadie me llevó a Nunca Jamás.
-       “Nunca jamás te querré” eso es lo más cerca que he estado de ti, de nosotros, de la segunda estrella a la derecha.
Mouawad.
No tengo claro si en efecto somos casas habitadas por un inquilino del que no sabemos nada o simplemente casa sin inquilino y solo quedan grietas.
En cualquier caso, la incendié, como hiciste tú.
Total, a veces las cenizas hablan por si solas.
Sinatra.
Gracias por escribirle a papa su himno favorito. Él siempre a su manera.
Lou.
Mi brazo camina por el lado salvaje aunque se entretenga a veces para morir.
Serrat.
No hay más Lucía que tu canción.
Patti Smith.
Me acompañas de noche. Amante en las madrugada cuando todo era posible.
Dalí.
Que putada darme cuenta de la persistencia de la memoria.
Hendrix, Janis, hubiese sido más guapa en Woodstock.
Ian Curtis.
De cualquier manera “Love will tear us apart” ahora lo sé.
Los rolling.
La chica insatisfecha tenía el pelo negro y la melena salvaje, no me lo neguéis.
Kurt, Amy.
Veintisiete es un número precioso, frágil y triste.

Baudelaire,
Verlaine,
Lautrec,
Paris esta llorando.

Delibes,
Hernández,
Desarraigadas mis manos cuando escriben.

Alberti,
Machado,
Madrid es más bonito desde entonces.
Cortázar,
Ojalá me hubiesen visto Maga.

Valle Inclán,
Regenerarme con un vuelo entre luces de bohemia siempre me pareció suficiente.

Kerouac,
“porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas.”

Me encantaría haberme perdido contigo en el camino.

Artaud,
El amor me recuerda al teatro, cruel.

Hoy, pregunté por mí y tuve que escribir esto para encontrarme.


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