SABADO A LAS CINCO
"No me han dado ningún resguardo y ahora creo que nunca te toqué" - P. Lázaro
Camina
despacio se me esta parando el reloj de tanto ponerme en espera.
¿Puedo
darte la mano? He imaginado un camino de piedras y no quiero saltarlas sola.
Cuando tengamos
la despedida definitiva yo me guardaré un ultimo susurro donde diré “te quiero”
y tu ya te habrás ido.
Da
igual, se me han marchitado otras flores antes.
Mis
ojos eran manantiales de agüita oscura y una chica triste y cansada de torear
plazas vacías.
Hace
mucho que pido abrazos a mancos que cuelgan de la barra del bar.
Quédate
en mi pelo.
Vuelve
a prometer todo, es mejor que dormir sobre nada.
No lo cumplas,
ya lo sé, pero sigue despertando conmigo preparado para mentir.
Se me
ha olvidado amar de hacerlo cuando lloraba.
Estoy
navegando a oscuras y tengo una tormenta dentro de la que no sé escapar.
Creo
que solo recuerdo tu nombre.
Creo
que tu dolor nunca supo acompañar al mío.
Me
despiertan ruidos a despedida en las madrugadas taladrando este pecho.
Hace
tiempo que el insomnio me grita desde dentro que olvide y yo no me acuerdo de
hacer eso.
Hay un
charco lleno de rabia en la puerta de mi casa, por eso nadie ha vuelto a entrar
después de ti.
Me
gustaría dejar de cortarme con la pena de esta historia.
Me
gustaría volver a sonreír las mañanas de sol.
Que se
apague ya el fuego, no quiero llover más por dentro.
Tengo
un ojalá en la boca y tu no me la besas.
¿Dirías
que me conoces? Si lo hicieses jamás me habrías dejado caer.
Soy un
lamento vestida de negro y la cuerda floja mi cabeza.
Hablabas
de cosas que yo nunca entendí y sigo preguntándome como se hará lo de coger un
corazón en la mano y estrellarlo a tu antojo.
Cuantas
paredes han salido magulladas con mi sangre al lanzarlo.
Cuanto
voy a seguir atrincherada en tu voz.
Cuando
voy a dejar de ser mi peor enemiga.
Que
como tu ninguna muñeca, decías.
Espero
que sepan hacerte cosquillas después de las pesadillas, abrazarte igual.
Y sobre
todo, llorarte menos.
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