MORTEM.
Dame mis putas flores, Yo decido sobre mi lápida.
Sonaba Sabina mientras todo se iba a la mierda.
"Manifiesto desastre, Nacho", pero da igual, no vas a ser tú justamente quién me salve.
No encuentro nada que ponerme salvo la camisa - de fuerza. Presiento que no es apta para todos los públicos.
Podría recoger(me) el pelo pero antes tendría que empezar por mí o por lo que te dí,
y,
tú me quedas lejos.
Tranquilo,
tú portal también.
Encuentro que os falta mucho que aprender,
Yo no quiero vivir -
Bajo vuestras apestosas reglas en las que tengo que hablar color rosa e inyectarme rutina para ser parte del rebaño, que ni a Marea le caía bien.
Y, lo siento, pero es que Marea me pone.
No me entiendo ni yo, como quieres que hable contigo.
Las ostias empotrada contra el cabecero y en esos términos he pactado con rutina.
La promesa que me hiciste vale lo mismo que la canción de Serrat que jamás escribió,
aparentemente mucho, si alguna vez hubiese sido verdad.
Por ende, las mías, desde que tú y que yo, son para Pessoa, me ha hecho hueco en el libro del desasosiego.
Que sí.
Que enserio.
Que vale.
Pero que humano quién se quiere roto y se acepta vivo.
Que fumar son los miles de ensayos apagando el cigarro hasta poder apagarme yo.
Comentarios
Publicar un comentario