BOMBAY
“Mi piel de loba se quebro en tus manos.”
Siempre animal domestico de las bocas que no
supieron cantarme.
Callejera de las noches en las que Madrid nos vio
reír.
Callejera.
Intenté arañarte con el único propósito de que las
heridas se quedasen contigo – toda la vida.
Vosotros no lo entendéis. Tú deberías llamarlo amor.
Ponme el collar que indica que soy de tu propiedad.
Pero no, quién quiere gatas en celo, ariscas,
salvajes derrochando una a una sus siete vidas en copas más cargadas que las de
Joaquín.
Felina perdida buscaba chucho malherido. Nacho
¿Dónde esta?
Mi pelaje negro sin ojos verdes compitiendo con
Bengalí.
Todos mis hijos fueron Caín. Yo que en el parto
grité “Abel”.
El día que te cortes la mano, entrégamela. Me voy a
escribir un epitafio por todas las veces que ame la vida en tu cuello.
¿Al pasar por mi portal aún escuchas mi risa?
¿Recuerda tu coche mi voz?
Las resacas nos echan de menos.
“Pacífico” es zona de guerra.
Metástasis soy yo.
La causa perdida fue encontrarte a ti.
¿Cuántas almohadas compartidas son la diferencia
entre lo amado y lo que se pudo amar?
El día que te cruzaste conmigo todos los demás ya
nos habían visto pasar.
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