LA ZONA SUCIA













“Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”


Repiquetea Neruda. Me ha quedado claro.
Y con esta certeza anidada en mis grietas no consigo hacerte ver, que cuanto más intentas acercarte, más lejos estas de lo que inviernos atrás fuiste.
Llámame a contarme la misma historia, de cada año, de cada mes, de cada día, de cada noche.
De cada una, de las mismas de siempre.
Con lo bien que escribes, ¿Nadie te ha contado, que el mismo cuento, repetido por infinito acaba cansando?
El dolor es un adictivo poderoso, pero se te olvida que en dosis exageradas acaba actuando como paliativo.
El cuerpo se inmuniza y después, ya cansa(s).
Me hace gracia verte venir a la legua; yo, que desconocí tus movimientos (de cabeza) tantos años. 
Si lo que buscas es una pataleta, te la finjo gustosa.
Ya no puedo sentir que te pierdo, porque te resbalas hacía abajo del puesto número uno que te di, con cada noche borracho, besando bocas vacías, tachando de problema aquello que, discúlpame, la corrección, se llama vicio por aburrimiento.
Y no sé en que momento me viste iglesia donde confesarte, yo de monja tuve el hábito - contigo, y ahora chaval, son alas que anidan en otros brazos las que cuelgan de mis trenzas y te doy la absolución.
Sigue pecando tranquilo, con la copa entre las manos para olvidar la cuenta, de ellas o de ti.
Siento contarte, que tengo una historia que escribir y lleva una colonia que nunca te pusiste y unos ojos que me hicieron olvidar lo triste que mirabas tú.
El final es contigo.
El principio es él.


Comentarios

Entradas populares